Al día siguiente, Santino me acompañó a la doctora. Me hicieron una ecografía, descubriendo que estaba de nueve semanas aproximadamente. Eran alrededor de dos meses.
Porque con semanas no iba a entender una mierda.
Pudimos escuchar los latidos, y tanto Santino como yo lloramos.
Mucho.
En fin, nos dijeron que el bebé estaba bien (por suerte el consumo de alcohol no lo había afectado) y a pedido nuestro nos dieron varias imágenes de la ecografía. Probablemente muchas más de las que correspondían.
Lo bueno de que Santino fuese muy famoso y yo un poco.
Apenas salimos del consultorio llamamos a nuestros respectivos padres, pidiéndoles que fueran a nuestra casa lo más pronto posible. Se preocuparon, e intentamos calmarlos.
No sirvió.
Llegaron los cuatro en cuestión de minutos. No supimos muy bien como anunciarlo, por lo que simplemente les dimos dos imágenes. Estallaron en llantos de felicidad, abrazándonos y felicitándonos como si hubiésemos ganado un premio Nobel. No es que nos quitara el crédito, pero solo habíamos...
Cogido.
Santino les mostró el video de la ecografía con el audio de los latidos.
Más lágrimas.
No iba a fingir que yo había sido inmune. Tenía que admitir que era la que más había llorado, calmándome únicamente cuando Santino me pasó un pote lleno de helado. No había sido un antojo, pero me había calmado de todas formas.
Cual criatura con chupete.
*****
—¿Se está muriendo algo?— cuestionó Leo, examinándonos con la mirada.
—¿Por qué siempre tu primera conclusión es que pasó algo malo?— le devolvió Diego, rodando los ojos.
Me acomodé en el asiento, sabiendo que la discusión iba a tener para rato. Bueno, lo hubiese sido si el mesero no hubiese aparecido. Nos dirigió una sonrisa, preguntando que iban a tomar. Todos pidieron cerveza, hasta que fue mi turno.
—Un agua mineral.
Los chicos se giraron a mirarme como si me hubiese salido una nueva cabeza. El mesero aprovechó el momento para irse, dejando a la mesa en un silencio sepulcral al menos por dos minutos.
Pero que exageración, loco.
En alguna de nuestras millones de salidas debí de haber pedido agua.
¿No?
—¿Te pediste un agua?— preguntó Juan, como si fuese su imaginación.
—¿Es el fin del mundo?— agregó Leo.
Santi estalló en carcajadas, mientras yo rodaba los ojos, mostrándoles un dedo muy específico. Fernando ocultó su sonrisa atrás de su mano, haciendo un esfuerzo por no unirse al bullying.
—¿Se pueden concentrar?— aplaudí las manos, llamándoles la atención como a los nenes— Tenemos un... anuncio.
Te aviso, te anuncio, que hoy renuncio.
No era el momento de pensar en Shakira.
Santi abrió mi bolso, sacando la imagen de la ecografía. La apoyó en la mesa, dejándola a la vista de todos.
—¡Sorpresa!
—¿Qué es eso?— preguntó Leo, para la sorpresa de nadie.
Juan fue el primero en moverse. Estiró su mano, acercando la imagen a su rostro. En cuanto notó lo que era se la pasó a Diego y se levantó. Dio la vuelta a la mesa, estirando sus brazos y dándonos un abrazo a los dos al mismo tiempo.
—Voy a ser tío.
Los ojos se me llenaron de lágrimas.
—Es un bebé— dijo Leo, como si hubiese descubierto un nuevo continente.
Leo y Diego se levantaron de sus asientos, imitando a Juan. Hicieron un abrazo grupal, que probablemente llamó la atención de varias personas. Pero a ninguno le importó. Incluyéndome.
—Va a ser nena— anunció Diego, en cuanto se separaron del abrazo y volvieron a sus respectivos lugares.
Fernando aprovechó para darnos un abrazo breve, felicitándonos.
—No, va a ser varón— retrucó Juan.
—Apostemos...
—¡No!— interrumpimos Santi y yo al unísono, pero el agregó;— Dejen de hacer apuestas sobre nosotros. Busquen un laburo como la gente normal.
Todos nos reímos.
—Lo que vos digas, Abercrombie.
Más risas.
*****
Me senté junto a Diego, ignorando la conversación de los chicos.
—¿Estás bien con esto?
Realmente quería asegurarme que él estuviese bien con el anuncio. Era algo que me había preocupado desde el momento en el que habíamos "organizado" juntarnos para contarles.
Me miró con una mezcla de sorpresa y confusión.
—¿Por qué no lo estaría?
¿Negación?
—Porque tu divorcio fue por esto.
Me sonrió, rodeándome los hombros con uno de sus brazos. Inmediatamente la tensión dejó mi cuerpo, relajándome.
—Mi divorcio fue porque quería hijos, sí. Pero no ya. Es algo que planeo para el futuro. No en este momento.
Asentí con la cabeza, dándole a entender que comprendía su punto.
—Bueno.
Me dio un beso en la cabeza.
—Estoy muy feliz por ustedes. Nos van a hacer tíos.
Los chicos captaron la última parte de su frase.
—Los mejores tíos del mundo mundial— agregó Leo, sonriendo.
Sonreí, sin negarlo. Era la verdad. Nuestros amigos iban a ser buenos tíos para nuestro bebé. Era algo que sabía. Algo en lo que confiaba.
Con todo mi corazón.
—¿Quieren que sea nena o nene?— preguntó Fernando, curioso.
Hice una mueca con los labios, encogiéndome de hombros. Miré a Santino, esperando una respuesta de su parte.
¿Tenía alguna preferencia?
—Me da lo mismo.
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Me rindo
Romance❝Era tan hermoso que casi dolía verlo directamente a los ojos. Pero lo que dolía aún más era saber que era intocable. No por su belleza, no. Sino porque ese bombón era mi mejor amigo desde que tenía memoria.❞ Dos mejores amigos. Un amor escondido. ...