—Valen necesito que tus brazos esten más sueltos para que puedas hacer que ella de la vuelta— pidió uno de los coreógrafos— Y Euge asegúrate de no moverte.
Estaba abierta de piernas lateralmente. Y sinceramente no tenía que hacer mucho más. Valentín era quien tenía que darme la vuelta por sobre su espalda. Asentí con la cabeza, sintiendo el brazo del pelirrojo sujetarme el estómago con aun más firmeza.
—¿No se va a lastimar cuando la levante?
Giré mi cabeza para poder sonreírle. Podía tener la fama de mujeriego, pero realmente se preocupaba. Al menos por su compañera de trabajo, osea yo. Antes de hacer cualquier truco se aseguraba de que yo saliese ilesa.
—No, no te preocupes.
Valentín hizo una mueca con los labios, claramente para nada conforme.
Era un cachito de pan.
—Si queres puedo intentarlo yo con ella y lo ves— ofreció otro.
Asintió con la cabeza, soltándome con delicadeza. No me molesté en moverme. El coreógrafo ocupó su lugar con rapidez, diciendo un suave ya antes de moverme como si fuese un juguete. Bajé directamente a una apertura de piernas frontal.
—¿Te dolió?— volvió a asegurarse.
Esa vez me reí, negando con la cabeza. Me levanté del piso, sacudiendo mi ropa y volviéndome a colocar sobre la cruz.
—Inténtenlo una vez y hacemos una pausa para almorzar.
Comida. Comida. Comida.
Esa vez Valentín no lo dudo. Me giró sobre su espalda con facilidad, soltándome en el momento indicado para que yo pudiera hacer la apertura de piernas. Todos los presentes aplaudieron, incluyéndome. No era fácil superar un miedo, por más de que fuese sobre alguien más.
—Buen trabajo chicos. Vayan a almorzar— nos dijo la directora.
¡Sí!
Me levanté del piso, yendo directamente hacia mi bolso. Saqué mi botella de agua y bebí hasta sentirme satisfecha. Volví a guardarla, agarrando mi celular. Hacía horas no lo tocaba. Tenía mensajes de Santi, pero no los leí, directamente lo llamé.
—Hola, amor.
—Hola— miré a mi alrededor, notando como todos seguían en el estudio— Recién puedo agarrar el celu. Pausa para almorzar.
Había ruido del otro lado. Pero no era una sesión de fotos. Tenía una reunión con su manager y una compañía que quería que hiciese una propaganda.
—¿Estás bien? ¿Adolorida? ¿Cansada?
Rodé los ojos, sonriendo.
—Estoy bien, San. ¿Cómo esta lo tuyo?
Salí del estudio, saludando con la mano al resto. Escuché a Santino contarme sobre su reunión mientras caminaba hacia un restaurant que había a unas pocas cuadras. Sabía que el resto no iba a ir ahí. Era un lugar pequeño y sencillo, no parecía el estilo de ellos.
—Voy a tener varios trabajos en común con una modelo conocida— comentó finalmente, terminando su relato— Saskia Iva... no sé qué.
Solté un bufido.
—¿No sé qué?— me reí— Que buen apellido.
Fue su turno de bufar.
—No preste atención porque no me interesa.
Sincericidio.
Me reí, negando con la cabeza. Entré al restaurant, yendo hacia una de las mesas vacías y apartadas de los pocos clientes que había. No era un lugar muy elegante, por lo que no había un mozo que te guiara hacia tu asiento. Abrí la carta que estaba en la mesa.
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Me rindo
Romance❝Era tan hermoso que casi dolía verlo directamente a los ojos. Pero lo que dolía aún más era saber que era intocable. No por su belleza, no. Sino porque ese bombón era mi mejor amigo desde que tenía memoria.❞ Dos mejores amigos. Un amor escondido. ...