07| Tangas y notas

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Con el paso del tiempo había dejado de ir al trabajo de mi prometido. No porque hubiese dejado de interesarme apoyarlo. No. Era porque cada vez tenía más trabajos compartidos con Saskia Ivanovich. Aparentemente al público le gustaba la buena onda que había entre ambos.

Para mi desgracia.

Confiaba plenamente en él. Y siendo una persona madura y consciente sabía que mi presencia en sus sesiones no era obligatoria. Preferí no incomodar a Santino, quien se daba cuenta de cómo me sentía al respecto de la actitud de la modelo.  Pero era su trabajo. No podía dejar de hacerlo, y yo tampoco quería que lo hiciese.

—¡Corte!

Todos empezaron a moverse inmediatamente. Actores, bailarines, artistas de maquillaje, asistentes. Yo aproveché a beber un poco de agua, sabiendo que era muy probable que tuviésemos que repetir toda la coreografía. A pesar de que  lo único que había salido mal era el último truco.

Las grabaciones eran tan cansadores como lo habían sido los ensayos. Podían hacerse múltiples tomas de una misma escena, repeticiones de un mismo paso. Uf, y era mejor ni hablar de los ángulos de la cámara.

Valentín se acercó a mí.

—¿Te jode practicar el truco una vez?

Le sonreí, negando con la cabeza.

—No, dale.

Le pasé la botella a uno de los asistentes, agradeciéndole. Acompañé a Valentín hacia el medio del espacio de grabación, donde teníamos que hacer el truco nuevamente. Todos despejaron la zona y se callaron, como si estuviésemos grabando.

Él se acomodó en la pequeña cruz que había en el suelo, mientras que yo iba hacia la mía. Respiré hondo, preparándome para la pequeña carrera que tenía que hacer hacia mi compañero. El truco requería mucha confianza, algo que habíamos desarrollado durante esos últimos meses.

Para mí era una locura pensar que ya habían pasado meses.

—Uno, dos— contó, moviendo únicamente los labios— Tres.

Corrí, lanzándome a sus brazos sin siquiera dudarlo. No, no era como el truco de Dirty Dancing. Bueno, solo el comienzo. Después de ese momento era mucho más complicado y arriesgado. Un mal movimiento y me iba a partir algún hueso. Como casi había paso anteriormente.

Demasiadas veces.

Pero no pasó. Logramos hacer todo a la perfección, Valentín deslizándome por su pecho hasta que mis pies tocaron el suelo. Estaba por alejarme de él, pero su mano subió por mi espalda hasta estar en mi cuello. Movió mi cabeza de manera en que nuestras miradas se encontrasen.

¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué me miraba de esa forma? Su mirada se alejó de mis ojos para concentrarse en mis labios.

Por Dios, no.

—Sigan— pidió la directora.

¿Estaban grabando? ¿No se suponía que eso era un ensayo? Ni siquiera habían marcado el comienzo de la escena. Dios no estaba preparada para besarlo. Sabía que iba a suceder en algún momento, solo que no imaginé...

Cerré los ojos, concentrándome en mi trabajo. Valentín alzó sus manos, sujetando mi rostro al mismo tiempo que unió nuestros labios. Movió la cabeza como si el beso fuese profundo, pero no abrió la boca en ningún momento. Y estaba 100% de que estaba tapando la unión de nuestros labios con sus manos.

—¡Y corte!— me separé inmediatamente, girándome para verla y poder fingir que Valentín no estaba ahí— Eso fue perfecto. Es la química que necesitamos.

Me rindoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora