-Punto de vista de Santino-
Siempre había considerado que las personas que le decían a su pareja como vestir eran una mierda. Era una forma de control. Algo que, a menos que fuese un juego entre ambos, era tóxico. Pero ver a Eugenia en un vestido gris corto y ajustado... era una tortura. Sobre todo cuando la mayoría de los hombres se la quedaban mirando y no podía hacer nada para impedirlo.
Hijos de la gran mierda.
Quería acercarme a ella y besarla como si no hubiese un mañana, pero no podía. Habíamos decidido mantener nuestra relación en secreto. Al menos de momento. Habían pasado dos semanas y habíamos usado esos días para poder reencontrarnos como pareja. Básicamente conviviendo.
Catorce días perfectos.
Eugenia inclinó la cabeza hacia atrás, riéndose a carcajadas. Su cabello estaba suelto y ligeramente revuelto, dándole un aire casi salvaje. Era hipnotizante. No podía, ni quería, dejar de mirarla.
—¡Santino!
Juan me pegó un empujón, logrando que chocase contra Diego, quien me sujetó del hombro para que no me cayera. Fruncí el ceño, apartando la mirada de Eugenia para poder mostrarle me desconcierto a mi amigo.
—¿A que vino eso, tarado?
Él miró con incredulidad a nuestros otros amigos, como si yo fuese el que lo empujó.
—Te estaban hablando— explicó Fernando, sorprendentemente sin sonrojarse— Y...
—Y estabas muy ocupado comiéndote con los ojos a Euge.
Uh.
Tragué saliva, usando mi mano libre para revolverme el pelo. No sabía que decir para disimular lo que obviamente había estado haciendo. Me limite a encogerme de hombros.
—Están flasheado cualquier cosa.
Mentira.
—Sí, y a mí me gustan las minas— Leo rodó los ojos.
No pude evitar reírme, al igual que el resto. Fernando negó la cabeza con suavidad, pero aun así se apretó aún más contra Leo. Eran una buena pareja. Se equilibraban.
—Gustos son gustos— comentó Juan, señalándome— Y a vos te gusta Eugenia.
Gustar...
Me reí aún más fuerte. Eugenia me gustaba cuando tenía siete años. Hacía mucho tiempo que la amaba. Sin embargo no lo corregí. Rodé los ojos, llevando la botella de cerveza a mis labios para poder darle un trago largo.
—Hablando de gustar, ¿qué onda con Mika?— cambié de tema.
Juan hizo una mueca, para después encogerse de hombros.
—No teníamos las mismas expectativas de nuestra relación.
Hizo fondo con su vaso, dejándolo en la barra. Levantó una de sus manos, indicándole al barman que quería otro más. Intercambié una mirada con Leo y Diego, transmitiéndonos la preocupación. Siempre habíamos sido un poco más protectores de él, por su pasado y su familia.
Leo empezó a hacer preguntas sutiles al respecto, intentando no hacerlo enojar o entristecer. Y realmente quise prestar atención, porque Juan era mi amigo y me importaba. Pero mi mirada se había desviado a Eugenia y había visto a un chabón intentando levantársela.
No podía escuchar nada a excepción de mis propios latidos. Sabía que tenía que ser consciente de nuestro entorno. De nuestros amigos y de todas las personas que podían llegar a reconocerme, pero todo me importó poco y nada. Eugenia era mi novia y no pensaba perderla otra vez.
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Me rindo
Romance❝Era tan hermoso que casi dolía verlo directamente a los ojos. Pero lo que dolía aún más era saber que era intocable. No por su belleza, no. Sino porque ese bombón era mi mejor amigo desde que tenía memoria.❞ Dos mejores amigos. Un amor escondido. ...