Crónica de una Separación Inminente

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Shaoran:

Por fin salí del hospital, Eriol está ayudándome en todo lo que necesito, Akiho también estuvo ahí, pero desde que me enteré de su embarazo cada vez la soporto menos, no quiero verla, pero lamentablemente, aunque no me nace el sentimiento paternal debo velar por los dos.

Le pedí que regrese a su casa, que después iría a verla, asintió lentamente y se fue, Eriol me fulmina con la mirada, arrebolo los ojos, todo esto me tiene tenso. Necesito recuperarme rápidamente para buscar a Sakura, el primer lugar donde iré es la Zona Rosa, esa mujer que es la dueña del lugar, siempre he intuído que siempre sabe más de lo que parece.

Y no me moveré de ahí hasta que obtenga al menos una pista de ella.

—¿No has considerado volver a China?—otra vez lo mismo, no volveré a China hasta no encontrarla—. Shaoran tu madre jamás aceptará tu relación con ella sabiendo que otra mujer espera un hijo tuyo.

—Estoy firme en mi decisión Eriol, ni mi madre ni nadie me van a obligar a hacer algo que no quiero.

—Al menos avísale a Mei, sabes cómo es, si se entera que se lo has ocultado…

—A Mei no le cae Akiho, está noticia le tomará pésimo, y peor aún…

—Querrá matarte.

Asiento, es verdad conocedora del amor que tengo por Sakura, me querrá matar con lo primero que encuentre. Al menos mi consuelo es saber que ella apoyará mi decisión de no casarme.

—Vamos a pedir algo para cenar, tengo hambre.

—Ve tú, la verdad no tengo casi hambre—mi expresión se vuelve triste, no quiero comer nada porque no tengo en verdad hambre, además me había acostumbrado a la sazón de Sakura—. Voy a estar solo un momento.

Eriol me entiende, me encierro en mi habitación y veo la inmensa cama, escucho los gemidos, jadeos, risas y la bella voz dulce de Sakura, me acerco a la cama y los dedos repasan con suavidad la suave colcha. Me arrodillo, mis lágrimas me traicionan y lloro amargamente, la extraño, estoy seguro que ese tipo lo ha tenido tiempo planificando todo, incluso esa noche cuando mi cuerpo se estremeció estoy seguro que alguien nos vigilaba.

Y no me equivoqué, me arrebataron lo que más amo.

Seco mis lágrimas, debo ser fuerte, decidido y sobre todo optimista, Sakura me está esperando, lo presiento.

—Aguanta mi amor, te juro que te encontraré.

Eriol pidió pizza, con las justas le logré dar un mordisco a la tajada. Él intenta darme ánimos pero es inútil. Esa noche es imposible conciliar el sueño, doy vueltas en la cama, me hace falta su cuerpo a mi lado, entrelazados entre las sábanas y emanando su delicioso olor.

No sé hasta qué hora estuve como zombie, al día siguiente se supone que debería volver al trabajo, llame para reportar mi ausencia hasta que esté restablecido, el médico me ha dado una semana de descanso hasta que mis golpes desaparezcan, producto del choque no solo mi cabeza recibió daños, también tengo golpes en la espalda y parte de mis muslos.

Me estiro, estoy desesperado por ir a la Zona Rosa, si tan solo supiera el nombre completo de Sakura, contrataría un detective privado para que comience la búsqueda. Pero ella no me ha dicho su apellido.

—Shaoran—Eriol entra con algo de ansiedad—. Ese hombre está en Tomoeda.

Brinco del sofá, le quito la laptop en el sale la imagen de un hombre de cabellos negros y ojos azules, lo veo y se me hace familiar. En el encabezado dice que está tras los pasos de ese miserable. Eriol me entrega un número telefónico, frunzo el ceño, y lo miró con intriga.

C̾a̾u̾t̾i̾v̾o̾ d̾e̾ t̾u̾ C̾u̾e̾r̾p̾o̾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora