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Cara a Cara

Tomoyo en ese momento deseaba con todas sus fuerzas que la tierra se abra, la trague y la expulse en cualquier lugar donde no pueda ver a la persona que en esos momentos la tiene en sus brazos

Su rostro está pálido, unas ganas inmensas de vomitar hacen su aparición¿Que hace él ahí? Se pregunta así misma.

—¿Hija te sientes bien?—Eriol la suelta despacio, Tomoyo se aleja lo más lejos que pueda de él—. Tomoyo.

—Necesito un baño—atinó a responder.

—Vamos cariño yo te llevo—su tía Sora la toma del brazo y se van rumbo al tocador.

Eriol la observa con mucha melancolía, no puede creer que ella sea la hija de su tía Sonomi, se pasa las manos por su cabello, ha empezado a sentirse ansioso. Durante todos esos años se ha maldecido por haber sido tan canalla y miserable.

—Tomoyo está muy dolida conmigo, quiero que vaya con nosotros a Inglaterra hijo, tu tío está muy grave, el médico no nos da esperanzas—Sonomi suelta unas lágrimas, Eriol la mira sin decir nada.

Está sumido en sus pensamientos, y sus sentimientos también están muy revueltos. Verla nuevamente siendo una mujer preparada pero sobretodo segura de sí misma están poniendo mucho más nervioso a Eriol.

Necesita hablar con ella, pedirle perdón por lo que pasó la última vez en la zona rosa, que fue un reverendo idiota por no dejarse llevar por sus sentimientos, ahora entiende a su primo.

Su amor por Cerezo lo hizo traspasar límites inesperados.

—Ya estamos acá—Sora trae a Tomoyo de la mano, Eriol la mira con ansiedad, desea un poco de su atención, pero la mujer que ha sido su tormento por todos esos años no lo mira—. Bueno debemos hacer la presentación oficial.

Tomoyo está vez lo mira, sus ojos azules tienen una estela profunda de dolor, eso es lo que Eriol Hiragizawa representa para ella, un inmenso y profundo dolor, que lamentablemente a pesar del tiempo, no ha podido olvidar y como si el destino se burlara de ella otra vez sus vidas vuelven a cruzarse.

—Tomoyo él es Eriol, tu primo—habla Sonomi sin darse cuenta todo lo que acaba de desatar en el interior de la joven.

Vuelve a faltarle el aire, intenta controlarse, él se da cuenta, intenta acercarse pero la mirada fría de la joven lo dejan petrificado en su lugar.

Tomoyo se endereza, toma una posición erguida y extiende la mano para saludar y disimular todo ese momento incómodo.

—Un placer—fue simple pero cargado de tanto resentimiento.

—El placer es todo mío—devuelve el saludo con los ojos muy intensos. Eso para Tomoyo en el fondo está botando todas sus defensas al suelo, pero el recuerdo de ese fajo de billetes regados a sus pies es suficiente para volver a mirarlo con frialdad y desinterés.

—Bueno hija, sé que estás resentida con tu padre, pero es necesario que vayamos a Inglaterra por favor—ruega Sonomi—. Él no fue un padre modelo, te destruyó pero está en sus últimos momentos, al menos para que se despida de ti, no sabes lo arrepentido que está.

Tomoyo intenta ser fuerte y no llorar delante de los tres, en especial de Eriol, él más que nadie no debe verla frágil y vulnerable. Jamás sabrá que él aparte de sus padres la han herido en lo más hondo de su ser. Toma aire y expulsa lentamente.

—Tengo que pensarlo, es muy repentino todo esto—responde levantándose de la silla, quería huir, refugiarse en los brazos de Kuro, es el único que ha estado con ella y que puede darle un buen consejo. Pero sobretodo alejarse de Eriol—. El problema es que se van hoy, y yo debo dejar toda mi empresa en orden.