Relatos de un don Nadie

Sentí

De repente el fuego me hizo recordarte, de golpe el frío se sentía como vos abrazándome en mi cama, mirando tu cara del otro lado de la pantalla pudiendo mirarte al mismo tiempo, estabas acá, donde te extraño. Tus ojos miraban diferente me parece que eso me trastoco un poco, te sentías como eso que hace bien, esa cosa de sentirse así, tranquilo, cómodo con tus palabras, embobado por como te quedaba mi visera, te sentías bien. Me gustaría que esa respuesta llegará sin preguntarlo, disfrutaría acostarme en tus piernas, mirarte un segundo más antes de irme, viéndote ir hasta el último momento, me gustaba mirarte, sos hermosa, son tantas palabras que se me cruzan cuando te me cruzas en un momento así, uno en el que la mente baila tratando de divertirse, se pone a dar vueltas para volver borrosas las cosas. No entiendo cómo Muñiz me pone así, no llego a darme cuenta de cómo pasa cuando paso por el Trevi, te pones a dar vueltas cuando estoy mareado, me hacias sentir así, drogado, todo giraba cuando quería caminar, todo era como nada cuando dormimos; mirando Star wars, hablando del significado de algunas canciones, sonriendo con la pantalla, compartiendo una birra, bailando entre las luces de colores para terminar haciéndonos hueco en una cama inflable, irradiabas, tenías algo que me cruzaba los cables, hasta ahora te siento conmigo sin siquiera hablar, tu chispa encendía mis pulmones.