Preso de la megalomania, hambriento de no poder saciarse, vagando en la continuidad relativa que detesta el suceso y antepone el anhelo, originando copias e imitadores que recopilan apropiándose de lo impropio. Ese que no es un otro, el yo que divaga intentando conocerse fuera de sí mismo, acaeciendo por deber al que se le impuso querer, vagando entre mundos con distinto pelo, color de ojos y voces diferentes. No frena, no anda, no es. Su meta era ser el, pero como ser entre tanto otro, si refuta con conceptos que no intuyó, sino que concebio, hay una búsqueda sin pautas, simple, sin esconderse pero también sin buscarse.
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Relatos de un don Nadie
RandomCompilación de textos reflexivos, anecdoticos y fantásticos