Felicidad amarga

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Sus manos arrugadas, nula visión y un oído pobre, gran fortuna, inmensas propiedades, pero no fue propio su sueño, echando la vista atras lo entendió, sus oídos fueron quienes lo condujeron hasta donde esta, su corazón nunca pudo optar, la sociedad fue quien determinó su vida, la saciedad de la que le contaron fue falsa, el amor no era necesario le comentaron, entonces nunca se casó, le marcaron el camino y le dijeron que no había nada a los lados, entonces fue recto, su corazón no entendía el mundo fue lo que el entendió, pues tuvo que darle la razón a su cerebro, sobrevivió, con tanto a su lado y sintiéndose tan sólo, con todo a sus pies, pero con lo mas importante nunca hecho, su único deber en la vida jamás lo cumplió, nunca vivió.

Relatos de un don NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora