Balance

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Diazepam, ligaduras internas, el concepto más vago de estabilidad o equilibrio entre los cromas de la vida, la dispersión del negro ocupo las manchas rosas y ahora pequeños destellos dorados resaltan ocasionalmente en esquinas disparejas, el ruido no varía su intensidad, constantemente asedia la quietud con silencio, uno tan exasperante, caótico y rutilante que desespera  a la misma espera, no hay botón de mute o todavía no lo encuentro. Retratos minimalistas sobre bases fosforescentes, como un anarquista pidiendo tranquilidad, la voracidad de lo indemne en un mundo de lobos dónde todos somos ovejas, nos comemos a nosotros mismos, el canibalismo cultural se repite incesantemente en nuestros caracteres sociales, perdimos el norte buscando cordura, la locura misma se perdió e intensificó la proliferación del desorden, ese desorden mental que aqueja al yo más inseguro, el yo más relativo, el cambiante, constante, e intransigente, el nosotros, el sociable, el interno, se interno en el afuera para simular una proyección irreal la cual concluyó como verídica, tanta apatía, tanto amor, tanto tanto en un mundo de tontos, lo importante es lo simple, o lo simple es importante, creo que perdí la diferencia cuando no supe diferenciarme entre las masas, en una aglomeración de días, horas y pasos, sueldos bajos, miradas perdidas, todos vagamos con un rumbo supuestamente avalado por la moral socioeconómica, como si lo bueno fuera realmente bueno, o el bueno sea bueno, nada es tal como pensamos porque el pensar diverge sobre los contextos y pierde su eficacia al empatizar o al generar alguna ligadura que aveces ni siquiera generamos, solamente están, o estamos, siento que no estoy últimamente, lo último parece empezar cada lunes, termina a las 17 y punto, se bifurca en los transportes públicos, avanza por las veredas de los barrios en el conurbano; mi Argentina querida se está anudando al tiempo en su cuello, ¿que va pasar con la vida cuando ya no se pueda vivir? El aire cada día está más gris, el cielo más pesado, la temperatura más irregular, la gente más violenta y los pensamientos cada vez piensan menos o más, sin encontrar un punto medio, ¿Dónde está el botón de apagado? La fragilidad del momento puede derrumbar al ser en cuestión de segundos.

Relatos de un don NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora