Tiempo

214 17 0
                                    

Arena derramada al vidrio, décadas de sentimientos, generaciones de minutos, vientos fatigados de tanta trascendencia, símbolo de devoción, marcado por las agujas, vidente del progreso, razón del cambio, omnisciente verdugo, déspota elector del destino, siempre siendo un nunca que no se cumple, una triste ilusión controlarte para el ser humano. Con las manos temblorosas y los ojos a medio cerrar, una figura encorvada en la espalda y repitiendo anécdotas de vida  por fin un pobre anciano lo dedujo, no eres más que un lento asesino.

Relatos de un don NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora