Relatos de un don Nadie

Roto

Vacío, muerte, punzada mortal que contrae el corazón para exprimirlo de todo rastro de lucidez. Nace del ruido aunque brota en el silencio, navega entre lágrimas con un barco de nudos en la garganta, contrae el tórax, deteriora la respiración segundo a segundo, avanza velozmente cual luz pues las palabras viajan a una lejanía distante de los sonidos, inseguridad, miedo, mil dudas, una sensación dictatorial impone su indole, comienza la opresión, un estado oligarca dogmatiza el pensar mismo, cada sonido efectuado por las cuerdas vocales raspa los labios, aunque añores esos labios, comienza el toque de queda, los colores cálidos no tienen permiso de ser divisados por los ojos, el rosa se denomina antidemocrático por ende es desaparecido por algún oficial de la justicia que lo entierra tan profundo en el lugar más inhóspito, nadie lo encontrará. Llanto, cruces de cables con la idea de cruzar algunas venas, aveces no tanto otras si pues ya no tiene balance ni el balance mismo, cordura, locura, exasperación, Soledad vuelve con el abrazo más devastador y suave que jamás encontraste, el no repite su forma cual marcha de la muerte, mil soldados uniformados con esas simples letras "N y O", la negación te dio esa certeza, ¿como impedirlo? No se puede impedir lo inevitable iron man está muerto, la facilidad se volvió depresiva, los ojos celestes, gélidos, inertes, la mirada desorbitada, se despegó de su sistema la tranquilidad, parece tan tranquilo su sollozó, el mar inunda las sábanas, todo termina mojado, ¿dónde quedó tu reflejo? Se escapó con las ganas que quedaban de vivir, pobre vida desvivida sin merecerlo. Fuimos desterrados de un mundo amarillo por pocas palabras que dibujaron una daga tan lenta como afilada, cortó en 23 pedazos al corazón y se lo dio de alimento a las mariposas del estómago.