Psicotrópicos

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Tanto ácido me quemó la cabeza, ahora tiendo a ver diferente algunos colores, le prestó más atención a los sonidos, siento con más calma los segundos y trato de manejarlos cuando me siento abrumado por el ahora. Trato de insistir en ser lo que tengo que ser, porque no decidimos lo que nos toca, solo pasa, eso es lo que me gustaba del lsd, que yo elegía en qué momento sentir lo que quería sentir, aveces la mente le ganaba a las ganas, aveces las ganas le ganaban a la psiquis, aveces los aveces se repetían tan frecuentemente que parecían todo el tiempo en la línea de momentos de la cual perdí todo tipo de noción, no sé dónde estoy parado aveces, no se qué fechas pasan, no comprendo el ritmo de las personas ni mucho menos la velocidad del día, del trabajo, de los viajes, es como un transe constante del cual no escapas porque estás encerrado en tu mente, es un espacio intangible el cual se siente en las viceras, se sufre en la cabeza, te aprieta los dientes, acelera el cuerpo, dilata las pupilas y de repente el viaje empezó sin darte cuenta, solo te comenzaron a brillar los ojos, la sonrisa no se iba de tu cara, cada cosa que escuchabas parecía importante, cada miraba llevaba consigo un sentimiento, cada acción repercute en otra por hecho de ser efectuada así que lo que sea que hagas o hagan tiene alguna búsqueda previa de transmitir algo que aveces era solo un movimiento brusco y espontáneo. Me gustaría cerrarlo ahí, decir que todo era más colorido, más vivido, contar solo lo bueno de como las cosas parecen derretirse, cambian su forma o parpadean constantemente, pero también tiene su contraparte, es una que todos evitan para no malviajar aunque hacerlo es parte del mismo viaje, no puedo explicar eso espero que se entienda, pero es como un agobio del todo, es un momento en el que procesas mil ideas a la par de que tratas de comprenderlas pero estás tan disperso en la nada que no logras asimilar un solo pensamiento mientras nace otro tras otro, la ansiedad hecha momento o situación, es un colapso nervioso el cual no ve porque estás tranquilo al mismo tiempo, se siente como si tú cabeza se sacudiera sin parar para hacer que tu cerebro rebote dentro de tu cráneo, lo peor es que sentís cada golpe con el hueso, sentis calambres, tirones. Sentís como te consume por dentro, como succiona tu vida, porque se lleva todo a su paso, ya nada vuelve a ser igual, todo se siente tan diferente al sentir tanto, es como el amor, te gusta tanto que no te das cuenta lo mucho que lastima, porque realmente lo hace aunque querramos controlarlo o tratar de regularlo, perdés tu propia percepción de vos mismx, te perdés a vos, olvidas tu voz, el del espejo parece otra persona, tu sombra parece no ser tuya, hasta tu mente se siente diferente, capaz no estamos hechos para ser felices, sino para sentir la felicidad pero jamás tenerla.

Relatos de un don NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora