Relatos de un don Nadie

Sos

Somos eso que negamos, aquello que incumplimos después de jurarlo, partículas complejas dispersas a la veracidad del peso que tiene el aire, esos que exasperan al grito de no encontrar  reflejos en las ventanas, desesperados por desentrañar un horizonte en el espejo, añejos, concisos, trasparentes a miradas silenciosas, como el alma insípida e incolora, trovando verdades sin ningún entendimiento de aquellos versos leídos y releídos, perdidos entre la dicótoma de la oralidad entre aquellos bufones de la lengua que a desprecio mancillaron los cantares belicosos de los mismos dioses. Odiseas, victorias, hazañas, Caronte pudo renovar su barcaza tras dichos negocios, pues la muerte no es mas que otro rubro.

21 gramos de algo que no conocemos, pilas de huesos, carne y sentimientos, los pensares huyen del mismo humano, el cerebro no es mas que otro musculo, el corazón tan solo envía sangre al resto del cuerpo, como idiotas la derramamos por el. Vivimos, somos, perecemos, fuimos o alguna vez seremos, nunca serenos, en busca de la misma Helena sin ver que Troya se derrumba, la escarcha incendia los bosques, nuestros bosques, esos donde la conciencia busca construir condominios y el amor vivir a gusto sin importa su gusto pero si su vida, somos tan parecidos a aquel pirómano que aveces mostramos signos de arsonfobia, creyentes del  dinero para denotar la felicidad, cual ricos infelices, buscamos partirnos para aunque sea sentir algo,  ciegos caemos en la deconstrucción pero ella  no destruye nada por eso se nos hace inservible , volamos con miedo a poder volar porque antes no volábamos, por allí se encuentra la ultima verdad,  si las bases son las de una jaula jamas se edificara la libertad.