Bellos erizando al tacto, tacto súbito irrumpiendo su mirada, mirada oyente produciendo risa, risa enferma de una sustancia que recorre el aire inmovilizando al tiempo, canalizando flechas que atraviesan como palabras el suceso menos transitado en la vida de las personas, el amor momentáneo.
La fugacidad se incorporó a la vida de los humanos, perdieron el carácter del para siempre, porque no les sirve un para que no evoque una inversión, como una cadena del deber mayor sin un mínimo de sentido en el desierto del todo, desgranamos cada día de nuestra existencia apelando a encontrar una razón siendo seres irracionales, prejuiciosos e inmorales, más cual será nuestro idilio nos repetimos sin saber lo que significa, aveces las máquinas son tan parecidas a nuestra cotidianidad que me sorprende lo poco humanas que son nuestras vivencias, extraño los cielos siendo coloreados por el despertar del sol saliente, creo que la espontaneidad tendría que ser nuestro único régimen no el de la monotonía.
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Relatos de un don Nadie
De TodoCompilación de textos reflexivos, anecdoticos y fantásticos