"El tiempo y el aire son iguales, sabemos que estan aquí pero nunca los vemos"
"Con mantas de oscuridad, coronas de espinas y ojos brillantes, los dioses siguen aquí; entre sus castillos de piedra y bestias horrendas, ellos esperan el momento de vol...
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◆◆ 𝓓𝓪𝓮𝓷𝓪 ◆◆
Nos conto como comenzó.
Al inicio simples siluetas, susurros, que pasaron a ser más repetitivos, hasta que por fin los vio, pensó que estaban ahí la primera vez.
Desde campesinos, hasta nobles, este año comenzaron a aparecer conocidos suyos, y hace unos meses extraños que le preguntaban por alguno de nosotros.
—¿A quienes has visto? —pregunto Vassa. Lucien y él se vieron por un momento para negar levemente.
—Soldados más que nada, viejos amos...a Miriam
—¿Te ha dañado?
Se estremeció.
—Aun me quiere
—¿Ha intentado dañarte? —preguntó Lucien. Él negó.
—Ahora siento sus emociones
—No conozco a nadie más que pueda hacer esto...pero podrías intentar dominarlo —intente ayudar.
—¿Entrenandolo?
—Si —tome su hombro. —Comenzando a bloquear tu mente, intenta colocar un escudo entre tu y el don
—¿Cómo?
—Visualizate construyendo una casa, con materiales resistentes, lo principal debes evitar que cualquier cosa intente entrar.
—No me ayuda mucho
—Intentalo Jurian, podría ayudarte para ver si es eficaz
—Quiero que sea rápido
—Comienza ahora entonces —me aleje, intentando parecer tranquila. —si alguna vuelve, diles que estoy bien
—Lo intentare —lo abrace.
Al volver a mi habitación, intenté tranquilizar mi mente.
¿Por qué seguían aquí?
Deberían estar en el otro lado junto a las demás. Seguían cuidando y guiando de alguna forma extraña.
Los siguientes días. Fueron los más tranquilos, a excepción de la situación de Jurian. Derribaba el muro que construía cada vez que me pedía que lo probara.
Helion intentó hablar conmigo una vez, pase de largo. No estaba aquí por él después de todo.
Tomamos el desayuno en la playa. Bajo una carpa con almohadas y mesas bajas.
Me comenzaba a gustar las caricias del sol en mi piel.
Jurian se sumergía en el mar junto con Lucien, Vassa planeaba en las corrientes de aire.
Helion apareció de nuevo. Lo vi de reojo.
—Yo
—No —Los ojos de Vass cayeron sobre nosotros, los otros dos se mantenían a flote en el agua.