"El tiempo y el aire son iguales, sabemos que estan aquí pero nunca los vemos"
"Con mantas de oscuridad, coronas de espinas y ojos brillantes, los dioses siguen aquí; entre sus castillos de piedra y bestias horrendas, ellos esperan el momento de vol...
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Una mano cálida acariciaba mi mejilla, vi cabello rojizo cerca.
—¿Mamá? —talle mis ojos, el azul de las pupilas de Vassa brillaba con fuerza. Me sentí decepcionada. —Hola...¿Qué haces aquí?
—Vine por ti, debe ser incomodo dormir así
Estire mis piernas y brazos. El suelo ya estaba frío.
—¿A dónde vamos? —la voz se me escuchaba apagada.
—A bailar, estamos en una celebración —sonreí sin ganas —no les des ese gusto
¿Qué tanto había escuchado? Limpio mi rostro, dejando un beso en mi frente.
—Tendría que haberte dejado quedar, escuchar tu historia —tomo mis manos.
—No hiciste nada malo, estás en una posición como la mía
—Daena, no eres un objeto —presiono un poco más su agarre— eres libre, valiente y con un corazón gentil, te has vuelto alguien capaz de evitar que cualquiera te intente detener, no vuelvas a encadenarte
—Vassa
—Eres libre, no debes nada a nadie, no dejes que ellos te arrebaten tu luz —asentí, mientras me temblaba el labio. —Eres Daena de Nesle, y nadie te puede enjaular, ¿entendiste?
Tome aire, asintiendo.
—Nunca volveré a dejar que eso pase
—Eso —nos abrazamos.
Nunca más dejaría que me utilizaran, hoy por fin terminaría con mi jaula.
※
La tela del vestido era suave, tenía un cuello alto que se cruzaba en ese parte, al igual que en la cintura sosteniéndose, con mangas amplias y brillantes. Mi cabello se sostenía en un moño alto.
Esta noche entre del brazo de Jurian. Las miradas caían con cuidado entre nosotros.
Intente no pensar en esa conversación, centrarme en lo que haría esta noche, apartar esos pensamientos terribles.
Hoy bailaría sin importar nada. Apenas tomé un poco de vino cuando acepté bailar con alguien, y luego vino otro y otro.
Mis compañeros de baile mencionaban cosas a las cuales no les tome importancia, memorice algunos nombres, algunos rostros, pero sobre todo colores, azules, verdes, rosas, turquesas, blancos y cada uno de ellos guapos, ¿que tenían ellos que cada vez eran más brillantes? pero no se podían comparar entre sí.
Me aleje de mi última pareja de baile cuando vi a Min Hai entre la multitud, era ahora o nunca.
El me noto al instante, cuando caminé hacia él casi parecía que flotaba, algunas miradas me seguían, y se detuvieron al verme frente a mi viejo conocido.