"El tiempo y el aire son iguales, sabemos que estan aquí pero nunca los vemos"
"Con mantas de oscuridad, coronas de espinas y ojos brillantes, los dioses siguen aquí; entre sus castillos de piedra y bestias horrendas, ellos esperan el momento de vol...
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Respiraba con fuerza, el humo salía de sus manos. Nadie dijo nada, nadie se movió. Vassa fue hacia él, cuando lo tocó pareció reaccionar.
Esto era un error, él no, nunca haría esto, el...había matado a alguien, dioses, ¿De cual corte?. El aire se sentía pesado, note las guardas en él salón, no podría atravesarlas, tendríamos que irnos por la puerta.
Varios guardias ya se habían acercado a la salida.
Cuando note la cercanía de uno de ellos sobre Vassa, Jurian ya estaba ahí, tomando los ambos, empuje a alguien para pasar. Tome el hombro de Lucien, fue un desliz en sus recuerdos.
La garganta se me seca aún más. Anaranjado. La corte del otoño. Habría un castigo, uno muy horrible.
Nos movimos, solo podía ver a la puerta, a esa maldita puerta, abrí paso, sintiendo las miradas sobre todo en Lucien. Dos soldados del otoño se interpusieron.
—Apártense —no lo hicieron, necesitábamos irnos, debemos irnos. Di otro paso, los quitaría a la fuerza.
Lo notaron, los golpes brotaron en un solo momento, otros se nos acercaron, solo veía como se apartaban de los guardias en el suelo. Jurian hacía lo mismo.
—Lucien —el miedo me invadió. No vi detrás mío. Beron volvió a llamarlo. Sus hermanos, sus queridos hermanos, nos rodearon. Solo vi la satisfacción del futuro dolor en sus ojos.
Gire la cabeza, para ver a Vassa, aferrada a Lucien. Jurian observaba a Beron. Lu dejó caer sus hombros, apartando a Vassa. Se volvió. Agarró su muñeca, paró en seco. Sabía que le haría, fui testigo durante mucho tiempo de esto de ver muñecos rotos.
¿Saben lo que le harán? ¡Pide un duelo de sangre! ¡Lucien! Déjame mancharme las manos.
Se soltó. Vassa agarró mi mano. Jurian se mantuvo quieto, Lu se detuvo a su lado, parecía que tenían una pequeña conversación silenciosa. Mientras uno caminaba al frente, el otro lo hacía atrás.
Busque a su madre, estaba a las espaldas de Beron quieta, impasible. ¿No haría nada para detenerlo del castigo? ¿Por qué? si lo amaba, si era su favorito, ¿Por qué no hacía nada?
Alguien sostuvo mi cintura, Vassa intentaba relajarme, vi mi reflejo en sus ojos, podía ver mi desesperación. Tome su hombro. Esos hermanos se acercaron más. Acerque a Vassa a mi, les enseñé los dientes. Seguían sonriendo.
—Hijo —Lu ya estaba a unos pasos de Beron, quieto con la mirada alta. —¿en qué te has convertido? —Beron término la distancia entre ambos, palmeando su mejilla. —¿Quién eres para decidir sobre mi corte?
—Lucien Vanserra, ¿Tal vez eso ya no te importa o lo has olvidado?
Brinque cuando escuche el sonido de la bofetada, vi el hilo de sangre caer de su boca. La sangre me hirvió, Jurian también me sujeto.
