◆◆ 𝓓𝓪𝓮𝓷𝓪 ◆◆
Nos tamice hasta el muelle principal en el sur, fui a comprar algo de ropa, quemamos la nuestra. Esperamos que cayera la noche para regresar a casa.
Abrí la puerta, intentando parecer tranquila, subimos entrando en el estudio. Estábamos callados, sin decir nada.
—¿Reglas?
—Muchas —cuando la puerta se abrió. Vassa entró, Jurian y Helion.
Me pegué más a Lucien, parecíamos dos niños regañados. Tocó mi mano. Lo pellizqué.
—¿Cómo les fue?
—Lo pensará...pero no está seguro
—¿Gaillard?
—Parece no saber nada...
—No le importa si lo cazan, dice que lo hace por el bien de ellos, lo que los demás hagan no es su asunto
—No está hecho para ser un alto lord —Jurian vio detenidamente a Helion. Como si supiera algo.
—Continuaremos insistiendo
—Si... —aparte mi mano de Lu —¿tuvimos más visitas que él?
—Aún sigo aquí —lo vi mal.
—No, ninguna —sentí escalofríos, abajo la casa se cimbró.
—¡ABRE LA MALDITA PUERTA! —fui asomarme, ahí rugiendo y con los colmillos fuera estaba Tamlin. Abrí la puerta.
—¡Cal!
Elain estaba viendo la puerta desde el pie de las escaleras. Tome un respiro, al abrir sentí su magia intentando entrar. Vi sus fauces.
—¿QUÉ HICIERON? —salí, sentí algo cálido recorriendo mi brazo.
—Vas a cambiar, luego meter tu culo, entendiste —rugió, agitando su cola. Lance la mano agarrando el pelaje sobre su nariz. Me hartaban cuando gritaban. Lo jalé con tanta fuerza, que estaba segura de que le había arrancado unos cuantos mechones. Intentó levantar la pata.
—Si lo haces, vas a ver que tal te va —podía ver la furia brillar como el fuego. Lo zarandeo un poco, gruño. Lo solté, brillo al momento de cambiar. Le señalé la entrada.
Helion sonreía viendo aquel soy. Vassa, Jurian y Lu mantenían sus ojos sobre él.
Comencé a subir. Podía sentir su mirada clavarse en mi espalda.
—Sigue viéndome así Tamlin y no vas a tener ojos — escuché una risa. —Y tu una lengua
Se cayó.
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La Diosa De La Oscuridad ✴
Fanfic"El tiempo y el aire son iguales, sabemos que estan aquí pero nunca los vemos" "Con mantas de oscuridad, coronas de espinas y ojos brillantes, los dioses siguen aquí; entre sus castillos de piedra y bestias horrendas, ellos esperan el momento de vol...