La Diosa De La Oscuridad ✴

ℂ 𝕒 𝕡 í 𝕥 𝕦 𝕝 𝕠 𝟝𝟟

◆◆ 𝓓𝓪𝓮𝓷𝓪 ◆◆

—Teya —la llamé antes de que saliera —nunca he estado en una cita, no sé qué ponerme

—¿En serio? —asentí. —Bueno, ¿ya sabes su color favorito? 

—Turquesa —asintió caminando a mi baúl, este se abrió y saco algunas prendas.

—Podría conseguirte un vestido, ¿a dónde irán? 

—Cenaremos en un pequeño restaurante mañana 

—Así que no pierden el tiempo —tomo mi joyero —he visto algunas joyas con aguamarinas, ¿quieres un vestido corto o con cola larga? 

—Uno con el que pueda cabalgar tal vez 

—¿En serio? 

—¿No tiene nada de malo, o sí? 

—¿Quieres oler a caballo? 

—No... 

—Bien, confía en el vestido y los tacones 

—¿Qué? 

—No te voy a dejar ir con zapatos de piso.

Luego se fue. Tome el libro, espere no morirme de nervios. Alguien llamó a la puerta. 

—Adelante —la habitación se iluminó por completo, Helion no cruzo, observó desde ahí —su señoría 

—Acompáñame a una caminata Calisto, será breve —por los dioses.

 Caminamos un rato en silencio, nadie más nos seguía, o eso quería pensar, había por lo menos un metro de distancia entre nosotros. 

—Seran, hablo sobre ustedes, ¿recuerdas nuestra conversación? 

—Tuvimos muchas —nos detuvimos, sus ojos me recorrieron de arriba abajo.

—¿Qué quieres con él? 

—Quiero conocerlo, saber que siento por él, ¿por qué me pregunta sobre eso? 

—Él no solo es uno de mis generales, es mi amigo, lo conozco, se ha comportado extraño y no lo había visto de esa forma desde hace años 

—¿A qué se refiere? 

—Calisto, si estás intentando dañarlo 

—No, no le haría daño, ha sido amable conmigo, incluso se volvió un amigo mío 

—¿Amigo? ¿Besas a tus amigos? 

Di un respingo, la cara se me calentó de nuevo, ¿cómo sabía? No creo que Seran hablara sobre eso.