ℂ 𝕒 𝕡 í 𝕥 𝕦 𝕝 𝕠 𝟚𝟡

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𝓓𝓪𝓮𝓷𝓪


Al llegar a palacio las cosas tenían un nuevo aire, todos reían y conversaban más de lo común, me refugié en mis habitaciones, mientras los demás iban y venían, me permitieron ir más lejos en el palacio. Encontré otro jardín, más grande, con fuentes y flores brillantes, algunas aves se posaban en la estructura a los lados, con sus plumajes de mil colores, eran hermosas. Acompañaba más a Minh y a sus amigos, o me llevaba con ella para que escribiera sus cartas. Creo que, por primera vez, tomaba en cuenta como el tiempo avanzaba.Comía la fruta escuchándolos hablar, mientras a nuestro alrededor decoraban el salón. No comprendía qué pasaba. Hasta que Ehèc me lo contó. 

—El solsticio de invierno será pronto, todos están emocionados, y es común ver como el sol viejo muere en un atardecer y se alza en uno nuevo 

—Aunque dos cortes se disputen quien creó esta celebración —comentó Miriam, mientras alzaba su copa— deberían agradecerle al amanecer, sin él, no habría días nuevos.Todos apoyaban lo que mencionó, los encargados en hacer eso, colgaron telas de lado a lado, decorando con flores rosas, anaranjadas, rojas y lilas. 

—La celebración iniciará en la tarde, festejamos toda la noche hasta el amanecer, incluso cuando el sol esté en lo alto —Fergus continuó. 

—Es una tradición tener algo nuevo para hoy ¿Ya tienes ropa Cal?Vi a Minh. 

—No sabía que se celebraba exactamente hoy 

 —Podríamos ir a la ciudad —sugirió Alexandra, ¿saldríamos de palacio? —no está lejos de aquí, seguro hay bonita ropa 

—Buena suerte —dijo Ehèc, terminando su plato. 

 —Bien, iremos y terminaré de comprar algunas cosas —Hablo Minh, ambas hembras asintieron, mientras terminaban sus respectivas comidas. ¿Thesan me permitía salir? Tal vez. No se alejaron de mí, cuando deje el tenedor en el plato, ambas me tomaron de los brazos llevándome con ellas, me puse tan rígida, que las tres nos caímos, Minh nos ayudó a ponernos de pie. 

No fuimos en carruaje, cada una iba sobre un caballo, pero Minh, prefirió que compartiéramos la montura. Temblaba levemente, mientras me agarraba de ella, su mano fuerte, acariciaba mi mano. 

Aquí estaba también decorado, escuche "música" y las personas bailando, la sensación de tristeza me invadió, ¿Cómo estaría Neva? ¿Podría ir a verla?

Recorrimos el camino hasta la calle de las tiendas, entramos en varias, ellas estaban emocionadas con la ropa, más de lo común, me mostraron varios conjuntos, pero no me agradaban, pasamos tres tiendas hasta que encontramos algo que si me gusto y a ellas también. Era un dothi, la tela era de algodón teñido de color anaranjado pastel y una playera de manga a tres cuartos color crema, decidimos que se vería bien con una khalat, tan solo con el dothi sabía que sería mucho, pero Minh dijo "Es mi dinero así que no importa", compramos uno que fuera sencillo pero elegante. Al salir de la tienda, comente, si podríamos comprar algún libro, Miriam y Alexandra, prefirieron ir a comprar unas joyas, así que estábamos de nuevo solas. 

La Diosa De La Oscuridad ✴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora