"El tiempo y el aire son iguales, sabemos que estan aquí pero nunca los vemos"
"Con mantas de oscuridad, coronas de espinas y ojos brillantes, los dioses siguen aquí; entre sus castillos de piedra y bestias horrendas, ellos esperan el momento de vol...
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Mi taza se rompió al caer. Los tres vimos atentamente a Lucien tembloroso con la mirada perdida.
—¿Se lo propusiste? —juraba que la voz de Vassa hizo eco.
—Pasaron demasiadas cosas, ella...fue ella
Volví la vista a Jurian. ¿Cómo había pasado todo esto?
—Cuéntanos Lucien —se tambaleó al caminar. Ya en él sillón, tomó aire.
—Estábamos en la corte, en una... celebración, estaba conversando con Feyre y ella apareció, me lo podía enfrente de todo el círculo y yo —se llevó la mano al pecho. Una pequeña sonrisa en la boca y la esperanza en los ojos.
—Solo acepté y...—su cara se ruborizó más, pasó su mano por el cabello con la sonrisa más radiante que le había visto — ¡Me voy a casar!
—Felicidades —Vassa se levantó abrazándolo.
Jurian hizo lo mismo. En cambio, yo... ¿no todo era muy apresurado? Apenas hace unos meses ella lo había atacado, insultado y ahora... Se iba a casar.
No, debía detenerme, esto no era mi asunto, aparte todas las ideas negativas y solo me enfoque en la felicidad de mi amigo. Lo abracé y juré que estaba casi brillando.
—Deberías comenzar a arreglar las cosas, ¿dónde vivirán? ¿Qué traje llevará? ¿Dónde será la boda? —comenzó Vassa
—Yo —sonrió negando. —podría ser la ceremonia aquí o podríamos pedir un favor para que sea en otra parte, tengo que conseguir un anillo, todo fue muy rápidoReímos ante su razonamiento
—Con calma —Jurian palmeó su hombro. —primero consigue eso y luego lo demás
—Encontrado —le di un golpecito en su brazo. —¿Eligieron ya la fecha?
—Si, será dentro de unos dos meses, así que necesito algo de ayuda y...
—Es poco tiempo, debemos correr si queremos terminar con esto
—Te voy a conseguir cualquier cosa que quieras Lucien, podría mandar por telas al amanecer
—Gracias
—Realmente no esperaba escuchar todo esto —nos volvimos a Eris, quieto en la entrada, mirando con calma a todos.
—Felicidades
—¿Le vas a contar? —preguntó Lucien.
—No —se acercó un poco más —por lo menos tú vas a conseguir casarte
