ℂ 𝕒 𝕡 í 𝕥 𝕦 𝕝 𝕠 𝟡𝟘

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◆◆ 𝓓𝓪𝓮𝓷𝓪 ◆◆


Cinco meses después

Salí por los viejos túneles que conectaban con la corte de la primavera. La piedra frente a mí temblaba al abrir camino, cubrí mis ojos de la luz.

Deje atrás la entrada, mientras la última piedra la sellaba. Di un respiro profundo bañando mis pulmones con el perfume floral, antes de dar el paso y tamizarme lejos.

Volví a aparentar ser una humana. Recorrí las villas ayudando a algunos campesinos.

Dos semanas tardé en llegar a aquellas puertas.

Llame temerosa, tosiendo un poco.

—¿Necesitan una cocinera?

Las puertas se abrieron, Jurian estaba ahí, la barba le había crecido.

—¿Es enserio? —dejó que pasara, una mancha rojiza atravesó el lugar, senti los brazos cálidos de Lucien a mi alrededor

—¿Estás bien? —pregunto. Intente no temblar. Solté un quejido, libre de sus brazos, toque mi costado.

—Aún no por completo

—Todos te han buscado —Jurian cerro, los tres avanzamos al salón. Cuanto había extrañado el aroma de casa.

—Lamento que los hayan molestado —nos sentamos en aquel sillón. —yo

Vi a Lucien, ensaye tanto este momento, pero ninguna palabra salía.

—Gracias —soltó él, negué levemente.

—Yo...la maté, yo...no me debes nada

—Lo hago, salvaste a mi madre —sonrió un poco, dejando su mano en mi hombro.

—Hice que mataran a toda la familia de tu madre Lucien, mate a su prima

Se puso recto, viéndome con amabilidad que no merecía

—Ellos nunca fueron amables, y lo que hiciste, la salvaste de sufrir —intente no llorar. —salvaste algo mucho más importantes para mi, Daena

Llore en silencio en sus brazos. Limpio mis lágrimas, diciendo que me veía horrible llorando. Reí un poco.

—Rompi tu espada Jurian —nego.

—Escuche que conseguiste una propia —respondió.

—Ambos lo escuchamos, también que te lanzaste y te convertiste en una serpiente —dijo Lucien pasando su brazo por mis hombros.

—No sabía que podía hacer todo eso —vi mis manos —Y ahora solo necesito estar tranquila

—¿Cómo sanaste?

La Diosa De La Oscuridad ✴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora