#17-🥀I miss you🥀

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<3

—¿Qué hace él aquí? —preguntó Eduard a mis espaldas.

—Iremos al cine —le dije, regresé mi vista a Iseul y este parecía que se desmayaria.

—Eres Eduard Ivanov —dijo Iseul llevándo su mano a su boca.

—Si, soy Eduard Ivanov y no tienes permiso —dijo viéndome serio.

—Nunca pedí permiso —dije devolviendole la mirada.

—No seas insolente y entra a la casa —dijo señalándola.

—Ya te dije que no eres Damian —dije y tomé la mano de Iseul para irnos, pero este me detuvo.

—No quiero que tengas problemas por mí culpa —dijo bajándo su mirada.

—Bien, entonces veremos la película en la casa —dije y lo llevé hasta adentro. Eduard venía detrás de nosotros molesto, pero no me importaba.

Nos sentamos en el sofá del living y busqué una película, tomé frituras, dulces y bebidas de la cocina y la vimos.

Terminando la película nos dispusimos a hacer el trabajo, Iseul era muy bueno en el Inglés, era muy inteligente y eso lo hacía aún más apuesto.

La mirada fija de Eduard nos incomodaba a ambos, el hecho de que estuviera vigilando cada uno de nuestros movimientos, hizo que trabajaramos rápido, al terminar Iseul se fue despidiéndose de mí acariciando mi cabeza y dándome una sonrisa.

—Hasta que por fin se fue, creí que planeaba quedarse a dormir —dijo burlándose.

—¿Qué te hizo Iseul? ¿Acaso lo conoces de antes? —pregunté y él negó.

—En realidad no —dijo encogiéndose de hombros.

—¿Acaso tú...estás celoso? —dije y su expresión se tenso, creo que si está celoso.

—¿Qué? Claro que no, no me hagas reír —dijo dándome la espalda.

—Como tú digas —dije y fui a la cocina, esta vez quería cocinar yo y no comer comida comprada.

—¿Sabes cocinar? —preguntó incrédulo, ah, que fastidioso es.

—No, en realidad voy a jugar a la casita con la sartén y los cubiertos, tú vas a ser Ken, pero no tengo una barbie, así que tu novio será Max Steel —dije con una sonrisa fingida.

—Soy muy guapo para Max Steel —dijo indignado—. ¿En que te ayudo?

—No te preocupes, yo lo haré —dije y empecé a hacer la cena, el resultado era demasiado perfecto, de verdad que le agradezco a la persona que me enseñó a cocinar, aunque no la recuerde.

—Vaya, si sigues cocinando así, no me iré aunque los chicos regresen —dijo Eduard llevándose un bocado a la boca.

—Si sigues de fastidioso te echará de mi casa —dije y él me miró mal.

—¿Me odias? —preguntó de la nada.

—No te odio, pero tu actitud me estresa —dije llevándo una mano a mi cabello, el cual colgaba en mi pecho y lo tiré hacia atrás.

—Lo siento, sólo trato de cuidarte —se disculpó tomándome de la mano.

—Pero hay mejores formas de hacerlo, que prohibiendome salir con mis amigos.

𝑺𝑰𝑴𝑷𝑳𝑬 𝑴𝑨𝑮𝑰𝑨 𝑰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora