#03-🥀¿Te encontramos?🥀

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JADE

¿Qué haría? ¿Qué le diría a Lucifer? No sabía como iba a reaccionar y no me quería imaginar cuan molesto iba a estar. ¿Cómo pude fallar en mi primera misión? y para nada, ya que tal vez nunca los volvería a ver.

En estos momentos me encontraba ante la puerta del templo de Lucifer, no quería entrar, seguro él se molestaría y mucho, pero yo no tenía la culpa de que el chico humano pudiera verme y de que yo tuviera curiosidad de él.

Al fin me decidí y entré, Lucifer estaba sentado en su trono y al lado de él Bastian, más conocido como Azazel, el demonio más fuerte de todos, el principe del inframundo.

—Sabía que no podrías, eres una inútil —dijo burlándose de mí.

—Calla Bastian, Jade, ¿qué tienes que decir? —preguntó Lucifer mirándome.

—Él...podía verme —dije mirándo hacia abajo.

—¿Él podía verte? Que excusa más estúpida —dijo Bastian con una mirada de odio, no podía verla, pero si podía sentirla.

—Los humanos no pueden verte Jade —mencionó Lucifer.

—Pero él si podía...Lo juro —dije levantándo mi vista.

—¡Ya! Hasta aquí dejamos el tema, te daré otra oportunidad, pero no lo arruines, sino, serás expulsada del infierno e inframundo y ¡no podrás ser la Reina!

—Como usted diga —dije y me retiré.

Regresé a mí templo, evitando todas las preguntas de los Dioses, me senté en el piso y recordé a aquél chico, por alguna razón no podía sacarlo de mi cabeza. Muchas preguntas venían a mi mente como: ¿Por qué él podía verme? ¿Él también era un angel o un demonio? ¿Qué poder tendrá? ¿Él verdaderamente es humano?

Mis pensamientos cada vez se hacían más profundos, mientras tocaba las rosas que se encontraban en la ventana del templo, luego de unos minutos viendo a la nada escuché una voz a mis espaldas decir mí nombre, volteé y me encontré con el creador.

—Jade, recuerda que tienes que cuidar los sueños de la pequeña niña.

—¿Qué niña? —pregunté confundida.

—Itzuyu, desde ahora eres la guardiana de sus sueños.

—Si, está bien —dije y él asintió para luego retirarse.

El amuleto me llevó hasta la habitación de una pequeña niña de aproximadamente unos cinco años de edad, con cabello oscuro y piel algo blanca, ella dormía plácidamente entre las sábanas blancas de su cama.

Podía ver sus sueños; ella montada en un unicornio, con una linda muñeca, el unicornio andaba por la orilla de un hermoso lago y en el rostro de la niña se podía ver una grande y hermosa sonrisa de felicidad...Pero el sueño de aquella niña fue perturbado, ya que las nubes se tornaron grises y el ambiente tenso, ella cayó del unicornio y este huyó mientras la pequeña niña humana empezaba a llorar, sabía que era algo malo, así que miré hacia todos lados hasta que lo vi a él.

—Déjala —le ordené.

—¿Dejarla? Claro que no, me estoy divirtiendo —dijo acompañando de una risa.

—¡Bastian déjala! Sólo es una pequeña —dije señalándolo con mi dedo índice amenazante.

—¿Y si no quiero, qué? —dijo sin importancia.

—Juró que te las verás conmigo —dije entre dientes.

—¿Tú? —dijo en tono burlón—. No me hagas reír, tú no podrías matar ni a una mosca —dijo riendo.

𝑺𝑰𝑴𝑷𝑳𝑬 𝑴𝑨𝑮𝑰𝑨 𝑰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora