𝑺𝑰𝑴𝑷𝑳𝑬 𝑴𝑨𝑮𝑰𝑨 𝑰

#36-🥀Rompiste mi corazón🥀

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—Vamos Daddy regresa a la cama —dijo la chica.

—¡Maldita sea, que te calles Eun-Ji! —le gritó y ella sólo soltó una risita, mientras yo tenía mi corazón en la mano.

Iseul...

—Jade, no es lo que tú crees.

Y ¿Qué es lo que yo creo? ¿Qué importa lo que yo creo?

—Escúchame.

No Park Iseul
Rompiste mi corazón.

*FIN DE LA LLAMADA*

Nunca creí que esto iba a pasar, me había enamorado y me habían roto el corazón sin aviso alguno y eso era lo más duro. Iseul era el chico perfecto a mis ojos, pero no el indicado.

Mis lágrimas no tardaron en salir y mi pecho a doler aún más, podía jurar que me veía patética, pero no me importaba. Me aferré a Mochi deseando que todo esto fuera sólo un mal sueño, pero no lo era y no lo iba a ser nunca.

EDUARD

La cena ya había llegado, así que quise hacerle algo lindo a Jade, subí las cosas a la terraza y encendí algunas velas, cenariamos a la luz de la luna una vez más, eso nos gustaba mucho a ambos.

Fui a su habitación y esta se encontraba abrazándo a su muñeca, mientras lloraba sobre el sillón a un lado de donde se encontraba la computadora, mientras la cubría una sábana.

Me alarme y me acerqué a ella de inmediato, no quise preguntar, creí que era el momento, así que sólo la abracé por la espalda.

—¿Por qué los chicos son tan estúpidos? —preguntó ahora aferrándose a mí.

—No lo sé Jade, creo que es porque creemos que el mundo está a nuestros pies, cuando no es así. ¿Pasó algo con tus amigos? —pregunté tratándo de averiguar más.

—Iseul está con otra chica —dijo llorando aún más.

—¿Qué ese idiota que? Agh, es un imbécil, juro que voy a matarlo —dije verdaderamente molesto.

A pesar de que me juró por su vida que no le haría daño a Jade y que lo dejará estar con ella porque la haría feliz, se atrevió a hacerle eso y romper su promesa. Esto no iba a quedarse así, Iseul sabrá de la peor forma que nadie le hace daño a mi pequeña.

—Vamos Jade, hay muchos más chicos en este mundo, encontrarás a alguien más...

—¡Él era el chico que yo quería a mi lado! —gritó separándose de mí.

—Lo siento, no debí decir eso —ahora me sentía culpable, había sido muy insensible.

—Déjame sola, vete...

—No voy a dejarte —dije cruzándome de brazos.

—¡He dicho que me dejes sola Eduard! —dijo ahora molesta.