𝑺𝑰𝑴𝑷𝑳𝑬 𝑴𝑨𝑮𝑰𝑨 𝑰

#37-🌸Flores de cerezo🌸

—¿Estás lista? —le pregunté.

—Siempre estoy lista.

JADE

Todos se presentaron con su nombre y apellido, también su edad y las cosas que le gustaban hacer. Sólo recordaba a Damian de aquella vez en el hospital, pero todo era muy confuso para mí, aunque trataba lo más que podía para recordar algo.

Las imágenes con ellos pasaban de una, en una, en la pantalla del televisor, pero no lograba recordar nada, habían muchas fotos y videos, en todas estaba yo, parecía estar muy feliz. No pude retener las lágrimas y dejé que corrieran por mi mejilla, ellos eran mi familia.

—Nosotros no tenemos muchas fotos y videos... —dijo Damian.

—Yo también tengo —dijo Eduard y ahora conecto su móvil al televisor.

Esta vez eran fotos con los demás chicos, se notaba que había pasado mucho más tiempo con ellos, muchos viajes, lugares y estaciones. Ellos también eran parte de mi familia.

—¿Lograste recordar algo? —preguntó Damian posicionándose en frente de mí.

—Lo siento, pero no pude recordar nada...

—Entiendo —dijo y bajó su mirada.

—Tengo que regresar a casa —dije y tomé mi mochila—. Eduard, ¿Puedes llevarme? —pregunté y él asintió.

—Claro.

—Por favor no te vayas, no quiero perderte de nuevo —dijo Damian y tomó suavemente mi brazo.

—Regresaré mañana, lo prometo —dije y acaricié su mejilla para luego regalarle una sonrisa—. Nos vemos —les dije a todos sacudiendo mis manos.

Eduard me llevó al apartamento y nos dispusimos a cenar juntos en la terraza. Ya estaba más tranquila, pero tenía que pensar ciertas cosas, mi cabeza era un completo caos, pero ahora uno bonito, con imágenes hermosas.

—Cuando te pregunté si me conocías antes del accidente, ¿Por qué no me dijiste nada sobre ellos?

—Lo siento, el doctor nos lo prohibió hasta que pasará más o menos un mes —explicó.

—¿Por qué aún no puedo recordar nada? Esto es absurdo, ni una mínima imagen viene a mi mente —dije jugando con mis dedos.

—No te preocupes por lo que olvídaste, ahora concéntrate en no olvidar lo que viene en un futuro.

—Eduard, ¿Crees que podamos ir a París en las vacaciones? —pregunté mientras mordía mi labio esperando nerviosa su respuesta.

—¿Quieres ir a París? La ciudad del amor, ¿Conmigo? —preguntó divertido.

—No te comportes como un idiota, sabes que no habló de eso, no quiero pensar más en esos temas estúpidos del amor.

—Vamos, un mal amor no significa que todos vayan a ser igual, créeme, puedo demostrártelo —dijo tomándo una de mis manos.

—Desde un inicio te dije que no te emocionaras —dije y me solté de su agarré—. No trates de coquetear conmigo cuando sabes que lo que pasó con Iseul aún duele.

—Lo olvidarás, yo me encargaré de eso.

*Al día siguiente*

EDWIN

Estaba más que molesto con Iseul, ¿Cómo se atrevía a dañar a mi pequeña? Si lo tuviera de frente, juro que lo golpearía. Bueno es mi día de suerte, porque ahí viene.