#32-🥀No voy a separarme de tu lado🥀

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—¿Por qué te interesas tanto en mí? —pregunté curiosa.

—Porque eres mi salvación.

—¿Tu salvación? —pregunté confundida.

—Si, pero no lo entenderías si te lo explicará.

—¿Acaso me conocías desde antes del accidente? —pregunté firme, sería la única explicación para que él estuviera tan interesado.

—Mmmh...Tal vez te vi un par de veces...

—No te creo —dije segura.

—Está bien si no me crees, pero sólo quiero que seas feliz —dijo viéndome, eso ya me lo habían dicho, ¿Mochi? No, no podía ser él, era una idea estúpida.

—¿A cambio de qué?

—No quiero nada a cambio más que te quedes a mi lado.

—¿Por qué?

—Ya te lo dije, porque eres mi salvación, tú me salvaste.

—Déja de confundirme —dije llevándo mis manos hacia mi cabeza, esta empezaba a doler y a marearme.

—¿Estás bien? —preguntó acercándose a mí.

—Quiero irme a casa —dije luego de un suspiro.

—Te llevaré a descansar —dijo y me tomó suavemente del brazo para levantarme, perdí el equilibrio y casí caí al piso, pero sus brazos me sostuvieron.

—Ed... —dije y mi voz se apagó, me sentía mal, todo me daba vueltas y la escena del accidente venía a mi mente repetidas veces.

Eduard me cargó entre sus brazos y me llevó a su auto, me recostó en el asiento y lo puso en marcha en dirección al apartamento, sentía una presión en mi cuerpo demasiado alta, las gotas de sudor caían por mi frente y mi respiración empezaba a fallar, ¿Qué estaba pasándo conmigo?

Llegamos al apartamento, me tomó en sus brazos de nuevo y me llevó hacia mi habitación, me dejó sobre la cama y tocó mi frente.

—Estás ardiendo en fiebre, llamaré al doctor —dijo y tomó su móvil.

EDUARD

La fiebre inusual de Jade había vuelto, pero esta vez se encontraba peor, llamé de inmediato al doctor que la revisó la otra vez, pues sólo él pudo controlar su fiebre anteriormente. Jade se había desmayado y estaba empezando a desesperarme, el doctor no tardó mucho en llegar y le hizo un chequeo.

—Su fiebre otra vez es demasiado alta, tendré que inyectarle una dosis doble que la de la vez pasada, le pondré oxígeno para que pueda respirar mejor, te dejaré unas vitaminas y algunos medicamentos más —explicó sacando las cosas de su maleta.

—Pero, ¿Estará bien? —pregunté preocupado.

—Eso espero —dijo y prosiguió a inyectarla.

Esto es mi culpa, sino le hubiera dicho todo eso, ella no estaría en esta situación, el doctor del hospital nos lo advirtió y yo no quise hacerle caso, si algo le pasa a Jade no voy a perdonarmelo. Cada minuto que pasaba era una tortura para mí.

𝑺𝑰𝑴𝑷𝑳𝑬 𝑴𝑨𝑮𝑰𝑨 𝑰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora