#20-😇¡DAMIAN!😇

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¡ÚLTIMOS CAPÍTULOS!

¡Así es!, ya son los últimos capítulos de la historia, seguramente no sea la mejor historia que han leído, pero me encantó escribirla, di lo mejor de mí, me esforcé demasiado y dejé una parte de mí en ella, estuve a punto de borrarla definitivamente, porque no me creía capaz de hacer un buen trabajo con un increíble material, pero levante la mirada y dije ¡si puedo!.

¡Muchas gracias por todo el amor que le dieron y seguirán dando en un futuro!.

🦄KEY-LING🦄

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—Jade.

—Jade...

—¡Jade!

La pequeña chica en su subconsciente escuchaba aquella voz, la escuchaba lejana, pero a la vez tan cerca.

No sabía de donde provenía o porque la llamaban, aunque la voz le resultaba conocida, pero ¿Quién era él o la propietaria de ella?...

Poco a poco la chica iba reconociendo la voz, era de una mujer, la Diosa del amor.

¿Diosa del amor?, ¿Es usted? —preguntó aún sin creerlo.

Jade, escúchame, es Damian...Él está muy mal, Azazel atacó su corazón, está débil, casí inconsciente, tal vez al borde de la muerte definitiva —dijo preocupada.

No, ¡Damian no!...¿Dónde está?, ¿¡Puedo hacer algo!? —dijo impaciente, ella no podía dejar a su mejor amigo solo.

Estaba muy mal, pero dijo que iría a buscarte... —le explicó.

¡Ya sé donde está!

JADE

Me desperté de golpe de aquél extraño e inusual sueño, me levanté de inmediato de la cama y salí de la habitación, para luego hacer lo mismo con casa con cuidado de no despertar a Edwin y cerré la puerta tras de mí.

Corrí lo más rápido posible hacia la casa de los chicos, no me importaba nada, no importaba que estuviera en pijama, no me importaba que fueran altas horas de la noche y el frío que hacía, no me importaba que Bastian estuviera cerca. ¡Me importaba Damian!, que fue mi esperanza en momentos malos, mi primer amigo, que ha estado conmigo siempre y que a pesar de todo me ha apoyado y cuidado, a pesar del peligro él seguía conmigo y ahora estaba mal, ¡por mí culpa!

Estaba desesperada, tenía miedo y a la vez enojó, ¿¡Por qué Damian hacía todo esto!?. Mis piernas dolían y el frío se apoderaba de mi cuerpo. Me faltaba poco...

¡Vamos!, ¡resiste un poco más!, ¡no seas tan débil!, ¡por primera vez en tu vida haz algo bien!, ¡vamos!. Me reclamaba mentalmente todo lo sucedido, me faltaba menos de una cuadra para llegar a mi destino, cuando lo pude visualizar, estaba a la orilla de la calle, ¡tirado sobre la fría calle!

—¡Damian!, ¡despierta! —dije y me arrodille a su lado—. ¡Damian! —dije y lo toqué.

¿¡Qué!?, ¿¡Podía tocarlo!?, ¿Cómo?, ¡eso no se supone que pase, yo no debería poder tocarlo, él es un Ángel!

𝑺𝑰𝑴𝑷𝑳𝑬 𝑴𝑨𝑮𝑰𝑨 𝑰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora