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1 de septiembre, 1989.

Han pasado tres años desde que Harry y Lily viven en paz, en aquella calle de desconocido nombre por los magos de Londres. Una casa que está a dos horas saliendo de Londres, en la zona rural del condado de Wiltshire. Del que irónicamente, es conocido por ser un lugar turístico y estar bajo el cuidado del National Trust, una fundación dedicada a conservar el patrimonio del pueblo, puesto que las casas datan de siglos.

Harry de nueve años yace en su cama, entre la conciencia y el sueño, pensando en su tía que escogió el lugar porque ¿que mejor lugar para Harry Potter que un pueblo pequeño lleno de muggles? Ningún mago osaría entrar a un lugar del cual sería visto como un sospechoso al no ser del pueblo.

Aunque también Isabel lo eligió por ser un lugar predilecto donde se grabaron escenas de la saga.

El muchacho se remueve en la cama y siente algo líquido en su mejilla, haciendo que se enderece rápidamente y al tocarse la mejilla se encuentra con que es saliva ¿de donde..?
Sus pupilas se dirigen al techo, topándose con Allegra de seis años ondeando en el aire, durmiendo plácidamente. Se abre la puerta, viendo que es su primo y éste lo escuadriña, para después alzar su mirada al techo.

—Mamá, está aquí. — Exclama Antares de once. En minutos llega Isabel y contempla el techo, viendo a su hija durmiendo en el aire, y un hilo de saliva bajando de su boca, ésta cae directamente al cabello y mejilla de Harry.

—Te voy a poner un arnés weona. — Regaña la morena, para con su varita hace aparecer una escoba, y procede a bajar a su hija con el objeto. Harry decide salir de su cama para que su tía pueda subir al colchón, puesto que Sissi es la más baja de su familia y amigos.

—¿Primera vez no? — Pregunta Antares a su primo, que aún tiene saliva de Allegra y se cambia de ropa. — Papá fue el primero en ser bautizado, un día durmió con Ara y despertó con la cara llena de saliva, tiene el sueño pesado así que no notó las primeras gotas, pero sí que faltaba alguien al otro lado de la cama.

—¿Siempre son así las mañanas?

— Pues... Depende.

—¿De qué?

— De todo. Usualmente encontramos a Allegra en la pieza de mis papás dándoles el buenos días con su saliva, o en el comedor flotando. No sabemos cómo atraviesa las puertas o paredes de las habitaciones.

—¿No se les escapa, o sea, no flota fuera de la casa?

—No, mamá hizo que la puerta principal fuera de madera gruesa para que la magia de Ara no pudiese atravesarlo. — Harry y Antares ven a Isabel con Allegra en brazos, quien duerme serenamente.— Quien fuese Allegra para dormir tan a gusto...

— Ésta weona me va a provocar un infarto estos días.

Hoy, Antares ingresa como estudiante de primer año a Hogwarts, y a pesar de que tanto Harry como Allegra ansían ir, Isabel les niega la posibilidad de acompañarlos, puesto que si va Harry la gente se aglomera a su alrededor para verlo o querer hablar con él y una de las cosas que más odia su tía es que gente desconocida haga invasión de su metro cuadrado.

El-niño-que-vivió contempla a los adultos que transitan de un lado a otro ocupados, viendo a su tía con papeles del ministerio, su madre discutiendo con Sirius y el tío Remus enseñando a su hija matemáticas, mientras yace sentado en el sofá consumiendo postre.

Se puede decir que es un niño dentro de lo normal, un hogar con patio trasero, una familia conformada por una madre, tíos y primos que lo quieren y él los ama.

QUANTUM SALTUS: HOGWARTS [1976 - presente] (aka "Latinas en Hogwarts")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora