QUANTUM SALTUS: HOGWARTS [1976 - presente] (aka "Latinas en Hogwarts")

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Multimedia: Antares con 15.

1 de septiembre, 1989.
Tren "Expresso de Hogwarts",
una de la tarde.

Antares ha escogido un compartimiento vacío para descansar, no quería a ningún chico o chica en su metro cuadrado y ya tenía suficiente con las miradas mal disimuladas de algunos en el tren al verlo. Los magos y brujas usualmente lo confundían con su primo Harry, puesto que ambos tenían el "cabello Potter" como decía Canuto, y a veces la gente sólo veían su frente, para luego irse claramente decepcionados. Antes lo cohinibía mucho esa situación, ahora con su mano expone su frente para que viesen que no tenía ninguna cicatriz.

Su madre decía "no saben diferenciar de un mexicano de un chileno, menos de Tari y Harry". Lo que se traducía a: "No saben diferenciar ni una weá". Era algo que encontraba bastante interesante, su madre que usaba lentes los diferenciaba aún si Harry no tenía sus lentes puestos, pero no los demás.

Antares observa los árboles que pasan fugazmente por la ventana, sintiéndose ansioso de ingresar al colegio donde Canuto habla maravillas, y no solo él, su tía Lily y su padre también comentan anécdotas de Hogwarts, a lo contrario de su madre, la tía Brooke y Alexa, que nunca mencionan nada acerca de sus días en aquel colegio de magos. Ha de suponer que es por la sencila razón de que apenas estuvieron un año y medio, a lo contrario de los otros, que ingresaron a los once años, al igual que él.

No obstante, no era eso lo que le preocupa, sino lo que su familia mantiene en secreto con tanto recelo.

Siempre se consideró un muchacho normal, con una familia que lo ama, unos tíos con más dinero que problemas y un primo que es famoso sin quererlo. Lo que a él le inquieta es sobre su licantropía a medias, o, como dice su madre, "un licadio": ni es humano, ni hombre lobo. Genéticamente posee la licantropía, pero externamente no lo demuestra y en luna llena apenas se nota un cambio. Uno de los recuerdos más nítidos que tiene Antares sobre la licantropía es de aquella noche en la que tenía ocho años y fue a visitar a sus padres, encontrándose con la extraña sorpresa de que su madre estaba siendo apretujada por una criatura muy peluda en su cintura.

«¿Que pasa chahcón?» Pero el niño no respondía, claramente prestando atención a ese ser velludo.

«¿Que es esa cosa peluda?»

«Es tu padre.» Se sintió muy ofendido, decían que él se parecía a su padre ¿significaba que lo encontraban peludo?

«Mami no soy tontito, papi tiene los vellos claros, los he visto.» Dijo con parsimonia, sabía muy bien que no debía hablarle ni muy bajo ni alto a su madre. Su madre no era como la tía Molly; ella no regañaba y "no lo vuelvas hacer", Ella te miraba y era la "primera advertencia".