QUANTUM SALTUS: HOGWARTS [1976 - presente] (aka "Latinas en Hogwarts")

•[𝟔 𝟕]•

Mayo, 1993.

El resto del último trimestre transcurre bajo un sol radiante y abrasador. Hogwarts ha vuelto a la normalidad, con sólo unas pequeñas diferencias: las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras se han suspendido («pero hemos hecho muchas prácticas», había dicho Ron a una contrariada Hermione) y Lucius Malfoy es expulsado del consejo escolar.

Draco ya no se pavonea por el colegio como si fuera el dueño. Por el contrario, parece resentido y enfurruñado. Y Ginny Weasley vuelve a ser una niña completamente feliz.

Antares luego de la culpabilidad de la cual fue acusado y posteriormente liberado, nada más llegar al colegio la gente lo recibió con cariño, llegándole desde cartas, chocolates (irónicamente no les gustan) hasta abrazos que lo único que provocaron fue incomodidad.
Las alumnas y alumnos se dispersan por pedido de Antares, éste se encamina a ver a Penélope, la muchacha que fue pertificada junto con Hermione y que tienen clubs en común.

Sin embargo, sus planes se cambian al verse cara a cara con Hermione Granger, que al verlo, sonríe, mostrando aquellos sobresalientes dientes, característica de la cual cariñosamente en secreto apodó "Mimi" por Mimi mouse. Hermione le saluda con entusiasmo, claramente feliz de verlo liberado e inocente de los cargos.

Hermione se alivia de ver a Antares con su característica sonrisa, y es tanta la alegría que le comenta con lujo de detalles sobre cómo Harry se vió envuelto en la trama del heredero de slytherin, sus planes para detener al heredero y salvar el año escolar con una espada y un colmillo de basilisco.

El entusiasmo se le va a Hermione al entender que le habla sobre las travesuras del niño-que-vivió a su primo —que está sonriendo cómplice—, por lo cual la chica cubre la boca con ambas manos.

— Por favor, olvida lo que te dije... — Pide con deseperación, creyendo que su amigo podría estar en problemas con su tía... o peor, su madre.

Oh no, — piensa Antares al ver su rostro tiernamente contrariado — un golpe muy bajo Mione. Eso es chantaje.

— Ah — Comenta Antares tocándose la frente. Aceptando su derrota —, creo que sufrí un colapso amnésico... ¿Qué me decías, Mione?

La castaña de Gryffindor abre los ojos ante la sorpresa y se carcajea.

— Que me alegro que esté año terminara bien.

El muchacho observa a la amiga de su primo, una de las brujitas más inteligentes con las que ha hablado. Una de las favoritas de su madre (pregunta constantemente por ella), que siempre habla de manera elocuente sobre cualquier tema, que se sonroja al recibir reconocimiento de adultos y se entristece al oír las burlas de los niños por ser "una sabelotodo", ciertamente su padrino Severus no ayuda.

Esta niña, acaba de pasar por una aterradora experiencia, investigar a costa de ser expulsada y casi morir por un basilisco. Y aún así, yace frente a él con la sonrisa más alegre y sin malas intenciones que ha visto.

— A mí me alegra que este año terminara bien. — Dice él luego de ver aquellos ojos cafés tan bonitos. De repente se le antojó comer chocolate. — Ojalá el proximo año no hagan más cosas que no sea pasar de curso...

Ella asiente - aunque Antares duda que el próximo año se queden quietos - y el chico algo preocupado por ese pensamiento, le pregunta donde está su primo.
Ella comenta que lo vio cerca de la sala de transformaciones caminando.

Antares se despide de Hermione, acariciando su revoloteado cabello y con la promesa de escribirle en el verano emprende camino a buscar a Harry Potter.