A pesar del enfrentamiento entre su tía y madre, Harry ha tenido unos días fascinantes en la casa de los Weasley, entre desgnomizar el jardín con Ron o reírse a carcajadas entre las bromas de Fred y George y Antares (que lo visita de vez en cuando).
Aunque a visto de todo, lo que Harry encuentra más raro en casa de Ron, sin embargo, no es el espejo parlante ni el espíritu que hace ruidos, sino el hecho de que allí, al parecer, todos le quieren.
Y es que sus tíos lo han hecho sentir tan miserable durante todo el mes que ha estado con su casa. Se ha sentido como el Harry Potter de seis años, donde era odiado en el colegio y era miserable en privet drive todos los días.
Sin embargo, la señora Weasley se preocupa por el estado de sus calcetines e intentaba hacerle comer cuatro raciones en cada comida. Al señor Weasley le gusta que Harry
se siente a su lado en la mesa para someterlo a un interrogatorio sobre la vida con los muggles, y le pregunta cómo funcionan cosas tales como los enchufes o el servicio de correos.— ¡Fascinante! — exclama, cuando Harry le explica cómo se usa el televisor —. Son ingeniosas de verdad, las cosas que inventan los muggles para apañárselas sin magia.
Durante mañana soleada, cuando lleva más o menos una semana en La Madriguera, Harry les oye hablar sobre Hogwarts. Cuando Ron y él bajan a desayunar, encuentran al señor y la señora Weasley sentados con Ginny a la mesa de la cocina. Al ver a Harry, Ginny da sin querer un golpe al cuenco de las gachas y éste se cae al suelo con gran estrépito. Ginny suele tirar las cosas cada vez que Harry entra en la habitación donde ella está. Ginny se mete debajo de la mesa para recoger el cuenco y se levanta con la cara tan colorada y brillante como un tomate. Haciendo como que no lo ha visto, Harry se sienta y toma la tostada que le pasa la señora Weasley.
—Han llegado cartas del colegio — dice el señor Weasley entregando a Harry y a Ron dos sobres idénticos de pergamino amarillento, con la dirección escrita en tinta verde—. Dumbledore ya sabe que estás aquí, Harry; a ése no se le escapa una. También han llegado cartas para ustedes dos —añade, al ver entrar tranquilamente a Fred y George, todavía en pijama.
— ¿Y Tari?
— Fue donde un amigo — Comenta la señora Weasley. — el chico Diggory vive en unas horas de aquí.
—Es un traidor —Refuta Fred. — Lo conocimos antes que ese tejón rayado.
— Su castigo es palo en la espalda.
— Basta — Les regaña la señora Weasley. —Antares es amigo de Cedric, no sean celosos.
— Me engañó por ese niño bonito — Chilla George, causando que Harry y Ginny se rían —, por supuesto que estoy celoso.
Luego de eso en unos minutos se mantienen en silencio mientras leen las cartas. A Harry le indican que tome el tren a Hogwarts el 1 de septiembre, como de costumbre, en la estación de Kings Cross. Se adjunta una lista de los libros de texto que necesitaría para el curso siguiente:
Los estudiantes de segundo curso necesitarán:
—El libro reglamentario de hechizos (clase 2), Miranda Goshawk.
—Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.
—Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
—Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
—Recorridos con los trols, Gilderoy Lockhart.
—Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
—Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
—Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.
Después de leer su lista, Fred echa un vistazo a la de Harry.
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QUANTUM SALTUS: HOGWARTS [1976 - presente] (aka "Latinas en Hogwarts")
Fanfiction" ℂ𝕦𝕒𝕟𝕥𝕦𝕞 𝕊𝕒𝕝𝕥𝕦𝕤" 𝒂𝒌𝒂 " 𝕝𝕒𝕥𝕚𝕟𝕒𝕤 𝕖𝕟 ℍ𝕠𝕘𝕨𝕒𝕣𝕥𝕤" En una fecha sin importancia, dos muchachas conciben el cambio de sus vidas de manera "mágicamente" (nótese el sarcasmo) al dentrarse sin explicación a un libro de Harry Pot...