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14 de febrero, 1993


—¡Eh, tú! ¡Harry Potter! —grita un enano de aspecto particularmente malhumorado, abriéndose camino a codazos para llegar a donde está Harry.
Por alguna razón, Gilderoy Lockhart hizo una festividad por San Valentín, adornando el gran comedor con cursilerías y trayendo a enanos vestidos de Cupido para ser mensajeros de poemas entre los alumnos.
Minutos antes su primo Antares asustado se escabulló cual ardilla a un árbol y trepó hasta llegar al segundo piso. Había sido el décimo octavo enano a la cola del Slytherin en el día.
Mientras tanto, el niño-que-vivió que se ríe por lo sucedido está demasiado ocupado con el diario (que luego supo era un tal Riddle puesto que hay una insignia de reconocimiento en los trofeos) que encontró junto a Ron en el baño de niñas donde yace Myrtle la llorona, por lo que se lo tomó por sorpresa a aquel enano con alas.
Harry, al darse cuenta que recibirá una canción de San Valentín se ruboriza al pensar que dicho enano le va a ofrecer una felicitación delante de una fila de alumnos de primero, entre los cuales está Ginny Weasley,
Harry intenta escabullirse. El enano, sin embargo, se abre amino a base de patadas en las espinillas y lo alcanzó antes de que diera dos pasos.
—Tengo un mensaje musical para entregar a Harry Potter en persona —dice, rasgando el arpa de manera pavorosa.
—¡Aquí no! — dice Harry enfadado, tratando de escapar.
—¡Párate! —gruñe el enano, aferrando a Harry por la bolsa para detenerlo.
—¡Suéltame! —grita Harry, tirando fuerte.
Tanto tiran que la bolsa se partie en dos. Los libros, la varita mágica, el pergamino y la pluma se desparraman por el suelo, y la botellita de tinta se rompe encima de todas las demás cosas.
Harry intenta recogerlo todo antes de que el enano comenzara a cantar ocasionando un atasco en el corredor.
—¿Qué pasa ahí? —Es la voz fría de Draco Malfoy, que hablaba arrastrando las palabras. Harry intenta febrilmente meterlo todo en la bolsa rota, desesperado por alejarse antes de que Malfoy pudiera oír su felicitación musical de San Valentín.
—¿Por qué toda esta conmoción? —dice otra voz familiar, la de Percy Weasley, que se acerca.
A la desesperada, Harry intenta escapar corriendo, pero el enano se le echa a las rodillas y lo derriba.
—Bien —dice, sentándose sobre los tobillos de Harry—, ésta es tu canción de San Valentín:

Tiene los ojos verdes como un sapo en escabeche
y el pelo negro como una pizarra cuando anochece.
Quisiera que fuera mío, porque es glorioso,
el héroe que venció al Señor Tenebroso.

Harry daría todo el oro de Gringotts por desvanecerse en aquel momento.

Intentando reírse con todos los demás, se levanta, con los pies entumecidos por el peso del enano, mientras Percy Weasley hace lo que podía para dispersar al montón de chavales, algunos de los cuales estaban llorando de risa.

—¡Fuera de aquí, fuera! La campana ha sonado hace cinco minutos, a clase todos ahora mismo —dice, empujando a algunos de los más pequeños—. Tú también, Malfoy.

Harry vio que Malfoy se agachaba y cogía algo, y con una mirada burlona se lo enseñaba a Crabbe y Goyle. Harry comprendió que lo que había recogido era el diario de Ryddle.

—¡Devuélveme eso! —le dijo Harry en voz baja.

—¿Qué habrá escrito aquí Potter? —dijo Malfoy, que obviamente no había visto la fecha en la cubierta y pensaba que era el diario del propio Harry. Los espectadores se quedaron en silencio. Ginny miraba alternativamente a Harry y al diario, aterrorizada.

—Devuélvelo, Malfoy —dice Percy con severidad.

—Cuando le haya echado un vistazo —dice Malfoy, burlándose de Harry. Percy dice:

QUANTUM SALTUS: HOGWARTS [1976 - presente] (aka "Latinas en Hogwarts")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora