CAPÍTULO 3

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JARED

Desvisto a Iris con dificultad mientras está dormida como una niña chiquita que no soporta las fiestas familiares, termino por desabrochar las tiritas de sus tacones hasta dejarlos en el suelo para después proceder a entrar a mi armario por una de mis camisas, no la llevé a su apartamento porque no me fío en dejarla sola en ese estado a menos que la deje encerrada, pero conociéndola es capaz de gritar diciendo que está secuestrada.

Detallo su cuerpo cubierto con algunos tatuajes desde jeroglíficos hasta cosas que significan algo para ella, me acerco empezando a quitarle el sujetador y tengo que tomar todo mi autocontrol mientras termino de abotonar la camisa en su esbelto torso, no tengo duda que cuando despierte me va a decir de todo y si es posible golpearme.

Como si no conociera todo tu cuerpo a la perfección.

Termino por cubrirla con las sábanas y dejarla dormir tranquila dirigiéndome a la siguiente habitación, enciendo mi laptop ingresando a la plataforma del sistema para empezar a realizar algunos asuntos con respecto a las clínicas, busco al psiquiatra que derivé a Sasha, no lo he contactado ni he supervisado el tratamiento de mi hermana hace más de seis meses, estaba con la cabeza por otro lado con miles de asuntos, intento contactarme con el tipo y no responde, dejo de insistir dejando a un lado las cosas que tengo pendientes, al amanecer lo verifico en la base médica.

Miro la hora en mi celular, al parecer hoy no voy a dormir, tampoco es la primera o la última vez que pasa, cuando perteneces a un sistema como el SEILD, es así, incluso hay ocasiones en que tienes que quedarte en la central por meses por si te necesitan u ocurre cualquier inconveniente a última hora, soy agente, criminólogo, médico y director de todas las centrales médicas, tener todo ese peso en ocasiones estresa, pero admito que me gusta mi trabajo, o el poder.

Me cubro con las sábanas hasta mi abdomen bajo, acomodo mis brazos bajo mi cabeza mirando al techo sin algo en particular, los pensamientos se me van al pasado sin que pueda controlarlos, fui un hijo de puta con Iris, sí, pero lo iba a intentar y la muy cobarde se fue sin siquiera darme una puta explicación, la hice daño, sí, le dije muchas cosas que poco a poco ni yo me las creía, también, quizá sí fue mejor que se fuera, pero también nunca hubiera regresado

Cierro los ojos tratando de conciliar el sueño, no pasa mucho para poder al fin caer dormido.

El sonido chillón de la alarma me despierta haciendo que frunza las cejas mientras abro de a poco los párpados, siento como si apenas hubiera cerrado los ojos para luego abrirlos, apago la alarma procediendo a levantarme para empezar a darme un baño que no disfruto al escuchar el fuerte grito de Iris, ignoro eso siguiendo en lo mío hasta finalizar cepillando mis dientes.

Me dirijo a mi armario buscando algo de ropa casual, el uniforme del SEILD lo dejé en la central, tampoco es que pueda usarlo en las calles como cualquier civil, salgo del armario a la vez que meto mis brazos por las mangas de la camisa hasta que la puerta de la habitación es abierta entrando ella con mi camisa aún puesta, apenas y le rosan los muslos.

- Santo cielo, estoy en tu pent house, casi me da un paro cardíaco – habla con un ápice de alivio mientras empiezo a abotonarme la camisa.

Se desplaza hasta tomar mi celular de la mesita de noche verificando la hora y suelta una tremenda palabra que me contengo para no reír.

>>¿¡Por qué no me dejaste en mi apartamento!? – grita y trato de controlarme dando un profundo respiro – ¡voy a llegar tarde, aquí no tengo ropa, necesito darme un baño – dejo de escucharla tomando mi celular para guardarlo dentro de mi saco, no sería novedad que llegue tarde, aún le falta practicar un poco con el protocolo de puntualidad.

Fénix Italiana © (2) / [+21]  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora