CAPÍTULO 58

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SASHA

Termino con las aburridas clases de fenya, salgo a las afueras a tomar un poco de aire que necesito desde hace una hora. La madre y la hija se me cruzan en el camino y suelto un suspiro mientras giro a verlas, Lixue me da una mirada de pocos amigos y como me vale mierda, simplemente ignoro eso. Leiska sale de la entrada principal y desde la distancia me sonríe mientras se acerca a mi dirección.

- ¿Lista? — ella asiente y ambas nos retiramos en dirección al gimnasio mientras me pregunta cómo voy con lo de entender fenya.

Una vez en el gimnasio empezamos a calentar mientras hablamos de cosas cotidianas, luego de unos minutos empezamos nuestro combate mientras nos reímos y seguimos efectuando movimiento contra la otra, retrocedo debido al golpe en mi abdomen y jadeo de dolor cayendo al suelo. Me sonríe mientras yo ruedo los ojos, cada día que pasa me hace saber que pronto voy a regresar a la mansión rusa, la boda de Leiska se aproxima y ella simplemente lo acepta porque no tiene de otra.

Las horas pasan mientras el sudor me recorre el cuerpo, el grito que sale de sus labios me hace soltarla, le digo que si le dolió y ella saca un arma, me lanzo tras una de las máquinas escuchando que ella empieza a reír y salgo.

» Eso es trampa, tramposa.

- No te iba a disparar — se defiende y dispara en dirección a mi botella de agua sin atinarle — bueno, estaba cerca — me acerco a ella.

- Imagina que la botella es Lixue — me da una mirada enojada — ¿Qué? Ya, entonces que es su madre — se cruza de brazos — ay, entonces que es Nadya — sonríe y eleva los brazos con el índice en el gatillo — dispara, no dudes, no pienses, no tiembles — la veo que se concentra, mira con detenimiento la botella y el sonido resuena como eco al mismo tiempo que mi botella cae mojando el piso.

- ¡Sí! — se acerca a abrazarme mientras yo sonrío — ¿sabes cuánto te quiero Sash? — el estómago me cosquillea ante sus palabras mientras recuerdo a mi hermana...

- Ahora con tres — la voz nos hace girar a mirar a la persona que hace a Leiska correr a abrazarlo, apenas fueron tres días que no lo ha visto. El "hombre de pocas palabras" le devuelve el gesto mientras sonrío por inercia y Jared se me viene a la mente...

- Bueno, lo hizo genial — hablo hacia ella — ¿qué haces aquí?

- ¿Lo estás botando? — la princesa entre cierra los ojos y yo niego con la cabeza.

- Pero solo le pregunté — me defiendo.

- ¿Mi melliza te hizo eso? — se burla mientras me señala el rostro y me lamo el labio inferior rodando los ojos.

- ¿Pasó algo? — pregunto por curiosidad, pues qué raro que no esté en Rusia.

- Lucca está en el despacho con Sheng — sus palabras me las tomo con neutralidad asintiendo con la cabeza, el ruso está aquí y eso no me gusta.

- Mi hermano te extrañó al parecer — bromea ella y yo la empujo haciendo que empiece a reír — quizá podemos salir, Lucca no le dice "no" a Sasha — ruedo los ojos.

- Me voy a dar un baño, los dejo mis mellizos favoritos — la rusa me saca la lengua de manera divertida y Lev como siempre me mira con indiferencia.

Llego a la habitación de Leiska y paso a darme un baño mientras tarareo una canción, algunos notables moretones me hacen hacer leves gestos de dolor, si así está mi cuerpo, no me imagino el de la princesa, al menos Lev no me va a matar, Leiska le dice que estamos jugamos, sí, tan linda ella.

Una vez salgo, me visto con algo cómodo, apenas me paso maquillaje al rostro y me sonrío al espejo mientras me hablo a mí misma, la mente me viaja a esos azules bonitos y me muerdo el labio inferior. Salgo a la sala principal encontrando a Lucca hablando con Igor y Dimitri, miro a los rusos con una sonrisa en mi rostro hasta que el pakhan nota mi presencia, me acerco a él sonriéndole, me da un beso que recibo escuchando el ruidito que hace la princesa y me separo encontrando a Leiska junto a su mellizo.

Fénix Italiana © (2) / [+21]  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora