CAPÍTULO 41

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SASHA

El miedo se apodera de mi cuerpo al ver a Lucca entrar luego de estar un buen rato con su padre, no voy a decir nada del castillo italiano y es por eso que estoy atada a esta superficie plana mientras giro la cabeza para ver a Dominic con las extremidades superiores atadas a los extremos de la pared con cadenas.

Empieza a golpearlo escuchando como el italiano jadea de dolor y empieza a hacer cortes por cada parte de su piel viendo como la sangre sale de manera abundante cubriendo más de lo que ya está su cuerpo con rastros carmesí, hasta podría hacer una película de Carrie estando así.

- Ya déjalo — ruego y miro a Dominic toser sangre ocasionando que cierre los ojos con fuerza.

- Las coordenadas — habla el pakhan hacia un dañado Dominic.

- Vas a matarlo una vez te lo diga, él lo sabe, por eso no te las va a decir — hablo hacia el pakhan.

- Printsessa, tú también las sabes — eso me funde miedo — no siempre fuiste una prisionera y te revolcaste con el italiano, debes saber mucho — niego con la cabeza.

- Sí, follé con el fénix — se acerca con enojo y algo se atora en mi garganta — pero no es tan idiota como para dejarme saber las coordenadas o hablar de sus negocios en mi cara — sus verdes ojos se oscurecen y empieza a asustarme — ni siquiera sabía el idioma durante mi secuestro, pregúntaselo a Dominic — el mencionado apenas levanta la mirada — diles que no puedo saberlo si nunca los entendía — hablo hacia el traidor italiano.

- Es... verdad — habla apenas.

- Así que la hija de Marina tiene algo de suka — habla su padre en mi dirección conforme se acerca y toma una jeringa vacía mientras mi miedo aumenta al tiempo que los ojos se me cristalizan.

- Estoy diciendo la verdad — me muevo al ver que quiere inyectarme — ¡juro que estoy diciendo la verdad! — trato de moverme una y otra vez mientras las lágrimas caen por mis mejillas — ¡no! ¡por favor no! — siento como la jeringa suelta el aire en mi interior y grito pidiendo que pare — ¡detente! ¡por favor! — lloro y clamo mientras sollozo — ¡Lucca! ¡Lucca por favor! — lloro, lloro sin parar hasta que veo que Lucca lo detiene y tira la jeringa para después secar mis lágrimas.

- Entonces habla, printsessa — mis hipidos quedan en mi garganta soltando de vez en cuando sollozos y lamentos que los siento en el alma.

- Lucca... de verdad... no lo sé.

- ¿Entonces por qué interrumpiste al puto italiano? Esto tú sola te lo hiciste printsessa.

- 45°26′19″N...

- Dominic... — susurro claramente diciéndole que no lo haga.

- Shhh, cállala — pide su padre y Lucca me cubre la boca con cinta mientras sigo llorando escuchando a Dominic y no hago más que pensar en ese maniático de ojos azules que me odia y yo solo quiero que me perdone...

>> Te veo en mi despacho — Lucca asiente y su padre se retira mientras el maldito hijo de puta me acaricia el rostro para después quitarme la cinta.

- Si sigues con tus estúpidos comportamientos y no obedeces vas a hacer que empiece a drogarte para que dejes de ser una maldita terca — me besa la frente y sale mientras el llanto me toma y grito con el enojo acumulado sintiendo como mi interior arde y la valentía se me esfuma.

- ¿Por qué les mentiste? — hablo entre sollozos.

- ¿Por qué me disculpaste? — me responde con una pregunta haciendo que recuerde la segunda vez que le dije que le perdono.

Fénix Italiana © (2) / [+21]  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora