CAPÍTULO 43

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LEISKA

Termino mi batido mirando a las esclavas que ni siquiera se atreven a mirarme a los ojos, paso junto a ellas mientras las ganas de hablarles son muchas, pues deben tener mi edad o yo qué sé, pero me abstengo de eso porque hablarle a una Ivanova a ellas les cuesta la vida y yo no quiero que por mi culpa les pase algo.

Lavo mi vaso y lo dejo en el escurridor decidiéndome por salir a las afueras, los boyevik están de un lado a otro y hay hombres a armados en cada rincón de la mansión, Lucca y papá no están a la vista, deben estar ocupados, me parece que hoy se reúnen con el zar y me da pereza tener que ir, pero como Lev también va a asistir, no creo que sea tan malo, aunque bueno mi hermano a veces es muy lindo con la gente.

Observo a Brook hablando con su gente y avanzo en su dirección mientras pongo los brazos tras mi espalda conforme mis manos juegan entre ellas, el Vor nota mi presencia y le sonrío al momento que él manda a los boyevik que se retiren.

- Princesa.

- Hola Brook — saludo con una sonrisa de dientes y él rueda los ojos.

- ¿Ahora qué vas a hacer? — mi sonrisa se ensancha más — no vas a ingresar a las prisiones, esos muertos de hambre ni siquiera deberían a penas rosarte, solo haces que el pakhan se enoje y agradezco que no te castigue, pero no se sabe cuánto tiempo tu padre va a ser generoso contigo.

- Pero es injusto, esas personas están sufriendo, ni siquiera les dan agua y si lo hacen creo que es una vez por semana — los prisioneros sufren de manera tan cruel.

- Entonces ve y díselo a Lev, ¿qué crees que te va a decir? — ruedo los ojos, pues a Lev no le importa.

- Ahí dentro está esa chica de cara angelical y su madre, ¿cómo se llamaba? Creo que una es una traidora — Brook me toma bruscamente del brazo mientras suelta un suspiro fastidiado.

- No te metas en los asuntos de tu padre y tu hermano, ellas les pertenecen, princesa.

- Lo sé, vi las marcas — me suelto de su agarre y me levanto un poco la blusa mostrando un lado de mis costillas — tienen el sello de la familia, son intocables ante el resto.

- Sí princesa, lo sé.

- Ella no puede estar dentro, Brook, no hizo nada.

- Princesa deja de involucrarte en eso — suelta entre dientes.

- Pero Lucca la arrastró hasta dentro ni siquiera sé por qué — me ignora intentando pasar de largo hasta que interrumpo su camino — ella está aquí en contra de su voluntad, solo sé que es una chica fichada y nada más, por cierto, ¿quiénes son la familia Lombardi?

- Princesa, basta — espeta con algo de enojo — si esa suka está dentro te debe importar poco, eres una Ivanova, deja de sentir lástima por los demás que nadie lo hace por ti — bajo la mirada — tampoco bajes la mirada — me toma del mentón haciendo que lo mire — mira, escucha y aprende de Lev, llevas el instinto de crueldad y no quieres sacarlo — hago una línea con los labios.

- No, yo no soy así.

- ¿Te recuerdo quién mató al tigre? — el aire me deja por segundos y me alejo un poco de él.

- No lo hice a propósito, estábamos jugando — sonríe de lado y me trago el nudo en mi garganta — estábamos jugando, Brook.

- Tengo cosas que hacer — se va dejándome sola y miro en dirección a los bosques.

Suelto el aire que contengo en mis pulmones, me sobo los ojos mientras dejo que mi mente vague sin razón alguna hasta que termino por caminar dentro de los árboles, mis huellas quedan en la escase nieve que cubre el suelo, algunos árboles también están con escarcha y yo sigo avanzando mientras llamo a la tigresa de Lev.

Fénix Italiana © (2) / [+21]  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora