SASHA
Piso territorio italiano viendo cómo bajan a Egan y paso de largo, por mí que muera desangrado el hijo de puta.
Ay no es cierto, sí me preocupa.
Observo que trasladan a Valentina y corro hacia ella encontrándola en un estado nada bonito, ella me ayudó, me ayudó a pesar de que vi el miedo en sus ojos cuando vio a ese tipo, el mismo miedo que yo tengo en los míos cada que miro a ese maldito hijo de perra de Lucca Ivanov.
- Valentina — susurro y los dakness me apartan de ella.
- No te acerques a la dama italiana — espeta uno en mi dirección mientras la llevan hasta que la pierdo de vista mientras espero que Dom ayude en su recuperación.
Subo a una de las camionetas ignorando a Egan, una vez dentro del castillo todos los antonegra miran en mi dirección y retroceden por inercia mientras se miran entre ellos hasta que comprendo todo...
Bajo la mirada a mi abdomen tocándome esa maldita marca que me hace tragarme el nudo en la garganta, retrocedo ante ellos y siento a Egan a mis espaldas haciendo que voltee a mirarlo mientras bajo la mirada hasta que él me toma del mentón haciendo que lo mire.
- No bajes la mirada — sus azules ojos son tan hipnotizantes — eso se puede arreglar, Domenico se va a encargar — asiento con la cabeza.
- Ve a que te trate eso — está herido y no quiero que termine muriendo por una infección.
- Dijiste que tú lo harías — sonrío — vamos.
Avanzo junto a él sintiendo cómo miran en mi dirección, siento vergüenza y pena de mí misma.
- Jefe... — Egan lo amenaza con la mirada haciendo que baje la cabeza y yo le tomo de la mano dándole un fuerte agarre mientras me apego más a él — ella está...
- Di algo más y me parece que los dóberman aún no comen — el antonegra me mira con preocupación y miedo mezclado haciendo que me suelte de Egan y salga corriendo alejándome de ellos.
Llego hasta el jardín donde varios más notan mi presencia y salgo corriendo porque no quiero que me vuelvan a mirar de ese modo, sé lo que Lucca me hizo, no es necesario que me miren como la rara. Sigo corriendo hasta entrar a la casa donde se encuentra el laboratorio y la habitación de cámaras, me tiro al sofá tragándome los sollozos hasta que elevo la mirada encontrando a Egan que al parecer vino tras de mí.
- ¿Es grave cierto?
- Sash...
- ¡Me miraron como si fuera parte de los rusos! — grito conteniendo el llanto — yo... yo no quise — se sienta a mi lado sintiendo segundos después como me apega a su cuerpo — esto no se va a poder borrar como con lo que me hicieron en la espalda y en el dorso de la mano — siento que deposita un beso a un lado de mi sien — la dama rusa... — suelto con sarcasmo — ni una mierda, yo no quiero ser nada suyo, le dije que le perdonaba, le dije que no lo volviera a hacer...
- No sigas... — pide y elevo la mirada con los ojos levemente cristalizados — no quiero saberlo.
- Pero hubo ocasiones en los que yo me dejé, no puse resistencia...
- Sash... no sigas — las lágrimas se me caen solas.
- Yo lo busqué...
- Eso no es cierto — me limpia las lágrimas — no es cierto y lo sabes, ese hijo de perra se va a arrepentir de haberte tocado, de haberte mirado, incluso de hasta haberte pensado — me limpio mis humedecidas mejillas y doy un profundo respiro para después ponerme de pie.
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Fénix Italiana © (2) / [+21] ✔
RomanceHa pasado más de un año, nuevos amores, nuevos amigos, nueva vida, la agente Mills Russell, una de las mejores agentes en SEILD, dada por muerta el día de su rescate, pero el pasado siempre acecha y el de ella viene junto a un operativo que le hará...