EPÍLOGO

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SASHA

Acelero por las calles escuchando Horns de Bryce Fox, suelto una sonrisa escuchando la letra, uno de mis codos está en la ventanilla y con la mano restante dirijo el timón hacia la derecha para poder girar en la esquina. El clima es cálido, ni mucho calor ni mucho frío, me quito los lentes de sol que dejo en la guantera y bajo del Mercedes poniendo un pie fuera y me impulso con el restante saliendo por completo del vehículo.

Los rojos tacones stiletto, suenan al pisar el pavimento, me tiro el cabello hacia atrás siguiendo con mi recorrido. Ingreso hasta uno de los bares viendo a muchos hombres reír y beber entre ellos mientras el olor a ebriedad me causa repugnancia, escucho los sollozos de una chica que está siendo follada en una de las esquinas y suelto una sonrisa burlona pasando de largo hasta sentarme en una de las mesas que está junto a un grande espejo plasmado en la pared.

Qué pena por ella.

Escaneo el lugar movimiento solamente las esferas de mis marrones ojos, apoyo el codo derecho en la mesa y mi mentón recae en el dorso de mi mano, la restante lo apoyo sobre la superficie y jugueteo con los dedos tocando la madera. Observo a la mujer que está de espaldas apoyada en la barra y riendo con el hombre que le sirve otro vaso de cerveza, trae una blusa de corte V que deja ver la curvatura de sus senos y su cabello le cae hasta la mitad de espalda, suelto una sonrisa de lado y desplazo mi vista hasta el hombre que se encuentra jugando cartas junto a los demás imbéciles, la camisa se le pega a su bien formado cuerpo y al parecer se hizo un tatuaje que veo le sale por el cuello.

Dejan un vaso grande de cerveza frente a mis ojos y retomo mi compostura viendo al hombre que lo ha dejado, me mira con lujuria y morbo, eso me hace soltar una sonrisa que le hace follarme con la mirada.

- Te lo envía el sujeto de allá — señala la mesa donde está el idiota que juega cartas, al cruzar miradas con él, me sonríe y yo simplemente desvío la mirada hacia la mujer que está en la barra — ¿tú eres...? — me mira detallándome como si recordara — una Mills — todos de inmediato se ponen alerta y yo sonrío con fingida cordialidad viendo que la mujer de la barra y el idiota de las cartas se están preparando.

Miro a cada uno pensando en que puedo acabar con todos en cuestión de minutos, lentamente me rodean y yo me quedo en mi sitio entrecerrando un poco los ojos al sentir que al parecer no soy bienvenida.

- Vas a caer de espaldas cuando voltee la mesa y te romperás el cuello muriendo en el proceso, dos chocarán contra el espejo y tener un cristal en la mano me hará acabar con diez de ustedes para luego ir por los restantes que empezarán a dudar si atacarme o no — hablo con tranquilidad escuchando que sueltan risas burlonas y yo también suelto una.

- Miren a esta perra, vamos a ver qué tan bien folla — se acerca y en segundos me levanto volteando la mesa con mis manos que hace al que tengo frente, caer de inmediato y doblarse el cuello de manera anormal, provocando que muera en el acto.

Dos le siguen y en segundos a uno le estrello contra el vidrio, al otro le clavo en la garganta una pieza del espejo y luego miro al resto soltando una sonrisa teniendo un cristal en la mano.

- ¿Quién sigue? — uno viene en mi contra viendo que saca una navaja, sonrío empezando a pelear con el hijo de puta. Esquivo el filo de izquierda a derecha y me lanza contra una de las mesas en las que ruedo y la navaja queda clavada en la madera. La punta de mi calzado se estrella contra su cara mandándolo en retroceso y saco la navaja al mismo tiempo que él vuelve a venir a mi encima y el corte horizontal le abre la garganta — gracias por el arma, me olvidé la mía.

La mujer y el idiota que jugaba a las cartas empiezan a matar a todos mientras yo suelto una risa al ver cómo Evie y Jared acaban en minutos con los que tratan de ir a ellos. Me arrastran hasta una de las puertas y me libero mandando al tipo al suelo, mi puño le rompe el tabique y la navaja que tengo, le atraviesa el ojo causando el grito desgarrador que me alimenta esa sensación tan exquisita. Tres más vienen corriendo y me levanto esperando a los que vienen, el rostro me arde ante los golpes que me deja mirando a un lado y la mano que envuelve mi cuello me hace retroceder hasta caer dentro de un cuarto que me eriza la piel ante el frío que desprende.

Fénix Italiana © (2) / [+21]  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora