CAPÍTULO 5

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IRIS

Camino entre todo el lugar que grita, dinero, avaricia, mafia, entre cosas ilegales, observo como se obsesionan con los juegos de mesa y máquinas, típico de la famosa ciudad del pecado, avanzo con mi escotado vestido que tiene un corte en la pierna izquierda.

Unos grandotes me impiden el paso a la sala donde se encuentra mi misión, sonrío de lado mirándolos fijamente a los ojos.

- ¿No sabes a quién tienes frente? - ellos me dan una mirada de pies a cabeza, esos ojos se desvían a mi escote y yo no tengo ningún problema - soy Milena Romanova - la perra con complejo de dama rusa, pero obvio esa parte.

Se comunican con su jefe hasta que me dejan pasar, la habitación de gente apostando entra en mi campo de visión conforme avanzo, observo a todos una vez me siento a lado del ruso que venía a ver Milena.

Observo como la punta de una estrella sale por la parte de la clavícula de uno, debido a que tiene los tres primeros botones de la camisa abierta.

Sé bien que todos los rusos tienen normalmente estrellas de ocho puntas tatuadas en ambos lados de las clavículas, casi para llegar a sus hombros, sin contar el resto de tatuajes, algunos se tatúan toda la mano, dando una señal clara que es un ruso.

Las miradas de algunos sobre mí no se me pasan desapercibida, la partida del idiota que tengo a lado termina y se levanta diciendo que lo siga, camino firmemente con los altos tacones que traigo hasta entrar a un poco iluminado salón donde hay varios tipos follando con algunas chicas.

- Todo va bien señora, probamos la droga en algunas mujeres con resultados excelentes - habla en ruso, mientras una mujer trae a una fila de chicas, entre mujeres y niñas, hasta que entre ellas veo a la hija del senador, está más que asustada, su cuerpo tiembla demasiado.

- Milena - habla un tipo ganándose mi atención.

Se acerca a mí saludándome con un beso húmedo en el dorso de mi mano, a este no lo he visto ni estaba en el plan, escucho a Dustin por el auricular empezando a darme la información que capto en seguida.

>> Un gusto conocerte.

- Diría lo mismo, pero no me importa ni me interesa conocer personas inferiores a mí - respondo como la perra de Milena Romanova haría.

- La futura dama rusa está ante tus ojos, más respeto - habla el idiota a mi lado hacia al que tengo frente.

Llaman al azar a una joven, la toman bruscamente por el hombro acercándola hasta quedar frente a mí, sus ojos están rojos de tanto llorar, pide y suplica que la dejen ganándose un grito por parte del ruso que traigo a mi lado, saca una cápsula haciendo abrir a la fuerza la boca de la muchacha, hace que se trague la droga a la mala para segundos después ver como se desploma en el suelo.

- Y es así como poco a poco vamos amaestrándolas si no quieren obedecer - habla el tipo del que Dustin me pasó información.

- Excelente - alago.

- Más sorprendente es la que aún no terminan - habla ganándose mi atención - ¿cómo era que se llamaba? - hace gestos como si estuviera pensando

- CRAHCK - termina el que tengo a lado - perdone señora, sabemos que no podemos hablar de eso hasta que esté terminada - no es ni Francia, ni Colombia, son ellos...

- Saca a la niña, la agente Moore ya se encuentra en posición - escucho a Dustin

- No quiero volver a escuchar que están soltando la lengua, o para la próxima, se las corto - demando con autoridad, uno agacha la cabeza y el otro solo me da una sonrisa divertida - esa niña me interesa - señalo a la hija del senador - vine con compañía y quiere quitarse el estrés del viaje, alístenla y súbanla a la habitación quinientos cinco - el tipo a mi lado asiente a mi orden y se retira.

Fénix Italiana © (2) / [+21]  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora