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🌧 MARATÓN 2/2 🌧

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La música seguía inundando mis oídos y ya no me sentía yo misma. Aiden bebió de su copa y, al ver que lo observaba, se apoyó en la barandilla negra que tenía delante. Sus ojos no dejaron los míos mientras las manos de mi acompañante me tocaban lentamente todo el cuerpo. Subí la mano derecha y toqué el pelo del chico de detrás de mí.

No era tan suave como el de Aiden, cosa que había podido comprobar ayer, pero fingí que sí solo para molestarlo.

Empecé a sonreír cuando sus manos empezaron a tocar zonas cómo las nalgas y empezó a subir mi camiseta por mi vientre. Sus manos frías me recorrían la sensible piel de debajo de mis pechos y eso me hizo cosquillas así que me reí sin disimulo.

Seguía sin despegar los ojos de los de Aiden. Lo vi tensar la mandíbula y sus dedos se cerraron más fuertemente en la barandilla.

Ay, pobrecillo, ¿le estoy molestando, señorito "Nunca he tenido novia"?

Los labios fríos de mi acompañante dejaron besos húmedos en mi cuello y yo cerré los ojos con satisfacción. No lo estaba disfrutando tanto cómo aparentaba, pero ese era el punto, ¿no?

Volví a abrir los ojos para ver a Aiden aún allí, mirándonos. Yo seguía sonriendo y creo que me hubiera caído por el alcohol ingerido si no fuera porque el desconocido me tenía pegada a él. La canción terminó y yo me despegué del chico, con los ojos fijos en Aiden. Ni siquiera me giré para saber su nombre. La siguiente canción empezó y, cómo esta era más de saltar y moverse por separado, rompí la conexión con Aiden al girarme hacia la barra.

Una sonrisa de satisfacción se expandió por mis labios al recordar su expresión al verme, me había sentido realmente poderosa.

Quizá ya he tomado demasiado.

La fiesta siguió y comprobé cómo Aiden ya había entrado en la sala de los corredores, así que busqué a Hope con la mirada.

Esa sí que había sido una escena de celos en toda regla. El alcohol realmente me afectaba.

Bailamos las siguientes canciones las dos juntas y no sé qué hora era cuando la gente empezó a salir y los de la sala de arriba a bajar. Yo y Hope nos sosteníamos una a otra mientras caminábamos subiendo las escaleras cantando alguna estúpida canción.

Hope abrió la puerta y dentro solo se encontraban Axel, Jason y Aiden. Entramos y vimos las expresiones serias de los dos últimos, así que, sin saber por qué, nos miramos a los ojos y estallamos en carcajadas que hasta nos hicieron soltar alguna lágrima. 

Axel en cambio se acercó a nosotras con una pequeña sonrisa, echándole una ojeada preocupada a Hope que pude percibir, y se colocó en el centro, pasando nuestros brazos por sus hombros.

—Hay que volver a casa, fiesteras - indicó mientras nos abría la puerta.

Aiden y Jason bajaron las escaleras detrás de nosotros con cara de culo mientras yo y Hope nos reíamos de tonterías. Llegamos al final de la escalera y Aiden pasó por mi lado y me cogió del brazo, alejándome de Axel.

Quise mostrar mi descontento y ser fiel a mi yo celosa, pero el simple contacto de su piel con la mía y como me paso el brazo por la cintura para evitar que cayera hicieron que decidiera disfrutar de su cercanía poco común y discutir después.

Desinhibida, apoyé mi cabeza en su hombro y aspiré felizmente su colonia masculina. Cerré los ojos mientras él me dirigía hacia el coche. Nos despedimos de los demás y Aiden abrió la puerta y me dejó en el asiento de copiloto. Sus movimientos eran mecánicos.

Sirimiri entre cicatrices Donde viven las historias. Descúbrelo ahora