Ashley
Bajé las escaleras de la mano con Aiden y, cuando llegamos al salón, Cassie se giró hacia nosotros.
Estaba con los brazos cruzados, hablando de algo con los gemelos, y con las cejas hundidas, pero todo pareció desaparecer a su alrededor cuando vio a su hermano de nuevo.
Sus brazos cayeron, inertes, a sus lados y su rostro se fue relajando hasta que los ojos se le humedecieron.
Aiden tuvo una reacción muy similar. Su mano abandonó la mía y su rostro se relajó, hasta que una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
Yo me aparté para posicionarme al lado de los gemelos y observar la escena, que parecía sacada de una película, desde allí.
Sentí mis ojos picar cuando Cassie avanzó, temerosa, a su hermano mientras la primera lágrima bajaba por su mejilla y se plantó delante de él.
Esperaba un abrazo, pero Cassie lo golpeó.
Le pegó un fuerte puñetazo en el estómago y yo vi el dolor de Aiden en sus ojos, no el dolor físico, sino el emocional que implicaba el odio con el que Cassie acababa de lanzar ese golpe, pero no se quejó.
Si siquiera se apartó cuando el siguiente llegó.
Yo me encogí al lado de Hope, que apretaba los labios, y Luke, que acababa de aparecer a mi lado, me pasó un brazo por los hombros.
A Aiden se le humedecieron los ojos cuando su hermana ya estaba murmullando insultos y sus mejillas estaban rojas.
Me sentía como una intrusa en este momento y no quería que Aiden se reprimiera a causa de tener tanta gente a su alrededor, así que, tragando el nudo de mi garganta, le di un suave apretón al brazo de Hope y compartimos una fugaz mirada antes de asentir y llevarnos a todos los de la sala a otra habitación.
Lo último que vi antes de salir por la puerta fue como Aiden paraba uno de los débiles puñetazos que su hermana le lanzaba y por su mejilla caía una lágrima.
Nunca había visto a Aiden llorar.
Se me partió un pedacito del alma cuando sentí una presión en el pecho.
De alguna manera incongruente que nunca había sentido con nadie, el dolor de Aiden lo sentía como si fuera mío.
No podía soportar verlo tan vulnerable y dolido.
Y más sabiendo lo que estaba a punto de hacer.
Porque sabía que hacer eso lo destrozaría y ni yo ni nadie sería capaz de volver a juntar los pedacitos de su corazón.
Cassie
—¿Cómo...? – ni siquiera podía pronunciar bien las palabras.
Me permití observarlo atentamente cuando dejé de golpearlo.
Era como mirar a los ojos de papá y a la nariz de mamá, la que casi ni recordaba.
Era como verme en un espejo, de alguna manera extraña.
No podía creer que esto estuviera pasando.
Me había pasado por la cabeza mil veces la idea de que mi hermano siguiera vivo.
Y mil veces había imaginado este momento mientras yo corría a abrazarlo después de tantos años, pero no había tenido ganas de abrazarlo al verlo.
Sólo había podido sentir la rabia y el miedo que sentía en las noches oscuras en las que él ya no estaba.
Y él no se había movido un centímetro del sitio, permitiéndome desahogarme.
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Sirimiri entre cicatrices
RomanceBIOLOGÍA LLUVIA DE BALAS 1🌧 Ashley Harper dejó de creer en el amor tiempo atrás. Este solo le había traído desgracias y pesadillas que aún no había sido capaz de superar. Aiden Blake esta lejos de ser un chico normal. Vive rodeado de pistolas desde...