Aiden
¿Has pensado alguna vez en cómo sería morir?
¿En las sensaciones que te recorrerían el cuerpo?
¿En si sentirías la bala romper tu piel y órganos internos?
¿En si podrías notar a tu corazón dejando de latir paulatinamente, como un reloj de arena que se acaba?
Yo lo he pensado. Creo que todos lo piensan, al menos, una vez en la vida.
Pero no lo pensé en ese momento.
Y no os puedo contar como se siente morir, porque no lo sé.
Y espero no saberlo en mucho tiempo.
El gatillo se escuchó, al menos, tres veces más, pero ninguna bala salió del arma.
Abrí los ojos lentamente para encontrarme a una Katie con las manos temblorosas, apretando repetidas veces el gatillo entre llantos desesperados.
Una pequeña risa sonó a mi derecha.
—Pobrecilla – murmuró Aaron —¿de verdad creías que en tu estado íbamos a darte un arma cargada? – inquirió.
Katie se dejó caer de rodillas en el suelo, dejando sus manos inertes a los lados.
—Eres muy inestable ahora mismo, Katie – le dijo Aaron – y si eso lo juntamos con tu personalidad tan...explosiva...
—¿Ibas a matarlo? – preguntó Jason, visiblemente sorprendido —¿Realmente ibas a matar a uno de los nuestros? ¿alguien con quien llevas más de...diez años?
Katie no respondió, simplemente dejó caer el arma a un lado y se perdió en sus pensamientos mientras sus hombros temblaban.
Aaron suspiró e hizo un gesto con la mano, haciendo que detrás de Kat apareciera rápidamente otra mujer y la atara.
Mi corazón empezó a palpitar a un ritmo normal mientras mi respiración se iba calmando.
Primero miré a Aaron, que se limitó a seguir serio, pero supe que acabábamos de compartir una mirada cómplice, así que alejé mis ojos de los de él enseguida.
Después miré a mis amigos, que tenían la vista perdida en Katie, mientras se preguntaban porque había hecho eso.
Los únicos que no parecían destrozados eran Axel, Mike y Luke.
Suspiré y me quedé mirando, al menos, veinte minutos la puerta de la cocina, pero esta seguía firmemente cerrada.
Suspiré suavemente antes de dejar caer la cabeza hacia delante y obligarme a apartar los pensamientos de lo que podía estar pasando en esa habitación.
Porque si me ponía a imaginarlo, se me helaba la sangre.
Y necesitaba tener la sangre caliente y en perfecto funcionamiento si quería salir de aquí sin ningún herido.
Ashley
Seguía con la vista perdida cuando Aaron entró por la puerta.
—El tiempo ha llegado a su fin, juguetito – dijo Robin detrás de mí.
Levanté la vista, ya sin lágrimas, para inspirar profundamente.
Robin apareció delante de mí después de haber dado un paso grande para evitar pisar al cuerpo que decoraba el suelo.
Clavé la mirada en sus ojos verdes antes de tragar saliva y asentir lentamente.
—Chica lista – murmuró mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios – ¿Ya sabes cómo lo vas a hacer? – preguntó mientras el hombre de antes levantaba a Will para volver a meterlo en la habitación.
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Sirimiri entre cicatrices
RomanceBIOLOGÍA LLUVIA DE BALAS 1🌧 Ashley Harper dejó de creer en el amor tiempo atrás. Este solo le había traído desgracias y pesadillas que aún no había sido capaz de superar. Aiden Blake esta lejos de ser un chico normal. Vive rodeado de pistolas desde...