MARATÓN NAVIDEÑO 1/3🌧
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Aiden
Apreté las manos al volante.
LAST FRIDAY NIGHT
YEAH, WE DANCED ON TABLETOPS
AND WE TOOK TOO MANY SHOTS
THINK WE KISSED, BUT I FORGOTUn grito de emoción se escuchó detrás de mí e hice una mueca.
Intenté prestar atención a la carretera en vez de escuchar los gritos que se suponía que eran música.
Llevábamos poco rato en el coche.
Los diez minutos más largos de toda mi vida.
Ashley estaba a mi derecha, de copiloto, y, por raro que sonara, la abuela de Luke, que acababa de descubrir que se llamaba Annie, había querido venir en este coche con Mike.
Sí, se había acoplado, literalmente, a la escapada.
La mujer tenía más energía que yo.
Y no era broma.
Estaba todo el rato alargándose para cambiar la canción y cantando a todo pulmón junto a los otros dos.
Parecían Alvin y las ardillas.
Me estaban empezando a entrar unas ganas tremendas de morir.
Los gemelos habían ido en el coche de Axel, Mel y Luke habían ido en la furgoneta de él y Wyatt había ido con Jason en otro vehículo.
Y cómo Annie había insistido en venir con nosotros, Mike no había tardado en apuntarse, aludiendo que en este coche se lo pasaría mejor.
Y yo tenía que ser el que se tragaba el concierto.
LAST FRIDAY NIGHT
YEAH, WE MAXED OUR CREDIT CARDS
AND GOT KICKED OUT OF THE BAR
SO WE HIT THE BOULEVARDLa abuela acababa de pegar un grito que ni siquiera yo podría haber dado.
—¿Podéis dejar de gritar?
—¿QUÉ? – preguntó Ash a voces.
—¿PODÉIS DEJAR DE GRITAR?
—¡NO TE ESCUCHAMOS, ESTAMOS GRITANDO!
Ese había sido Mike, que acababa de gritarme en la maldita oreja.
Sentía que iba a explotarme el tímpano.
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—Ahora vuelvo – murmuré una hora después bajándome del coche, pero ellos apenas me escucharon.
Entré en la gasolinera rezando.
Y ni siquiera era creyente.
—¿Tenéis tapones para los oídos?
Nunca había salido tan feliz de cualquier sitio. Habría besado a la chica del mostrador en ese momento.
Así que cuando entré con los tapones colocados y me di cuenta de que ni estos conseguían enmascarar todo el ruido que hacían, me frustré bastante.
Pero decidí que mejor eso que nada, así que seguí en carretera hasta que vi el cartel que indicaba que acabábamos de entrar en el pueblo dónde íbamos a estar la próxima semana.
Inspiré mientras Mike bajaba la música y yo me quité los tapones.
Que silencio.
Dios, que placer.
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Sirimiri entre cicatrices
RomanceBIOLOGÍA LLUVIA DE BALAS 1🌧 Ashley Harper dejó de creer en el amor tiempo atrás. Este solo le había traído desgracias y pesadillas que aún no había sido capaz de superar. Aiden Blake esta lejos de ser un chico normal. Vive rodeado de pistolas desde...