❒ CAPÍTULO EXTRA +18 ❒

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Este capítulo no es necesario para el desarrollo de la historia, podéis pasar perfectamente al siguiente sin leerlo.

Pero sé que no lo vais a pasar, así que...

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Ese beso no fue un roce como la última vez que nuestros labios se tocaron. Las sensaciones que me recorrieron cuando su piel tocó la mía eran indescriptibles.

Aiden besaba bien, eso era de esperar. Pero había algo en su beso que era confuso. Era salvaje, pero a la vez delicado. Era tierno y hosco. Era un beso tímido y atrevido a la par.

Alargué las manos para tocar su cabeza y estirar suavemente su pelo, haciendo que un gemido escapara de sus labios, lo que provocó un calor en la parte baja de mi estómago.

Podría ponerme en bucle los gemidos de Aiden y no me cansaría nunca.

Sus labios se alejaron de los míos para viajar a mi oreja, mordiendo dulcemente y con una lentitud calculada el lóbulo de esta. Sentir su respiración ardiente en mi oído me erizaba la piel de una manera excitante. Su boca recorrió suavemente mi mandíbula, dejando besos mojados, y bajando por todo mi cuello. No notaba barba incipiente en su piel, lo que me daba a entender que se había afeitado cuidadosamente.

Me dejé llevar. Sus manos juguetonas tocaban todo mi cuerpo y me causaban escalofríos. Las mías, apresuradas, tocaron la tela de la sudadera de Aiden y él se separó de mí, invitándome a quitársela.

Lo empujé para quedar encima de él, con mis piernas a los lados de su torso, y me permití observar atentamente sus abdominales tonificados, sin poder ocultar el deseo en mi mirada. Se deshizo de mi camiseta rápidamente, deslizándola por encima de mí, tirándola al otro lado de la habitación, y disfruté que observara mi vientre desnudo y mis senos semicubiertos.

Creí que iba a fundirme allí mismo. Ni siquiera me dio tiempo a sentir vergüenza por encontrarme tan expuesta delante de él. Todas las sensaciones existentes estaban eclipsadas por el deseo, que se intensificó cuando noté una clara presión que venía de su entrepierna.

Me gustaba saber que no era la única excitada por la situación.

Los labios de Aiden estaban enrojecidos por la intensidad de los besos y los dos respirábamos agitadamente y con pesadez. Me incliné para volver a devorar sus labios. Dejé su boca para poder bajar por su torso y lamer cuidadosamente cada centímetro de su tatuaje. Seguí bajando, disfrutando de la sensación de su tersa piel contra mi cuerpo, y pasando mis hambrientos labios por todo su vientre.

Sentí sus manos en mi espalda. Mis pechos quedaron libres cuando desabrochó mi sujetador con una facilidad de experto, y tocó cuidadosamente cada parte de mí que acababa de salir a la luz. Tuve que detener mi recorrido para disfrutar de la sensación de sus manos en mí y él aprovechó ese momento para atacarme con su cálida lengua.

Mordí mi labio inferior y me moví inconscientemente, recolocándome para darle mayor acceso a todo mi cuerpo. Nuevamente, sentí la presión en mi pierna y, de manera atropellada, mi mano viajó a su pantalón y desabrochó el botón de este.

Aiden me volvió a girar para quedar encima de mí antes de que pudiera deshacerme de su tejano y nos detuvimos un momento para poder recuperar la respiración, mirándonos atentamente y siendo conscientes de cómo la fuerte atracción sexual recorría nuestros cuerpos.

—¿Sabes las sensaciones que provocas en mí, Ashley? – preguntó en un susurro ronco.

Tragué saliva, sintiendo el lubricante natural saliendo de mi interior, mojando mis bragas.

—Ha sido muy duro dormir esta noche a menos de dos metros de ti sin poder tocarte – susurró de nuevo.

Sus manos reptaron a través de mis pechos, rozándolos suavemente, y bajaron hasta llegar a mis pantalones. Me estaba torturando y lo sabía perfectamente. Sus roces en mi cuerpo eran leves y muy bien calculados y su sonrisa de satisfacción al verme frustrada me confirmaba sus deseos de hacerme esperar.

Rozó el tejano con la punta de sus dedos. Pensé que iba a despojarse del pantalón, pero Aiden se dedicó a bajar despacio sus dedos por mi pierna hasta llegar a la rodilla y volver a subir para detenerse en el botón. Lo abrió y paró.

—Aiden – murmuré, me sorprendí a mí misma escuchando mi voz, que sonaba completamente diferente.

—¿Sí, Kent? – ese apodo absurdo no me preocupó en esos instantes.

Su sonrisa se ensanchó.

—¿Quieres matarme? – pregunté.

Me dedicó una sonrisa maligna y se estiró sobre mí para volver a besarme. Sus manos descubrían todo mi cuerpo mientras yo solo era consciente de su cercanía y de lo agradable que me resultaba esta.

Su mano derecha comenzó a bajar peligrosamente por mis costillas hasta que tocó la fina tela de mi ropa interior. Sus dedos rozaron por encima de la tela todo lo que pudo y yo creí que iba a explotar.

No era capaz de centrarme ni de pensar en nada que no fuera Aiden y su roce. Mis ojos estaban cerrados, disfrutando de la excitación, exprimiendo al máximo ese momento.

Su mano izquierda jugaba con un pecho mientras su boca besaba otro. Sus labios subieron, sin dejar mi piel, hasta los míos mientras su mano derecha se despojaba, finalmente, de mis bragas.

Su mano empezó a rozar mi clítoris mientras yo solo era capaz de seguirle el beso y cogerme fuertemente de su cuello.

Su dedo entró en mí y se empezó a mover rítmicamente. Yo trataba de controlar mi respiración sin éxito. Aunque, en el fondo, no quería controlarla, deseaba soltarme completamente, olvidarlo todo durante unos segundos y centrarme en cualquier otra cosa que me despojara de mis preocupaciones.

Preferiblemente Aiden.

—Voy a... - no me dejó terminar, porque me calló con su boca y aceleró el ritmo, acariciando el punto exacto en el que mi cuerpo no podía dejar de temblar - ¡Aiden!

Tenía absoluto control sobre mí. Noté su sonrisa contra mi sensible piel mientras mordía suavemente mi pecho derecho.

Y entonces...exploté. Un mar de placer me recorrió y me agarré a los hombros de Aiden fuertemente, sintiendo que si no lo hacía iba a desvanecerme. Mis piernas y mi cuerpo entero se estremecieron y sentí la palpitación de mi intimidad.

Sus labios dejaron los míos y se alejó un poco de mí. Separó su mano derecha de mi piel y, con una sonrisa y un brillo de placer en sus ojos, besó mi estómago.

Y volví a sentir el cosquilleo solo ante esa imagen.

Todas esas sensaciones reunidas que hacía tanto tiempo que no sentía con esa...intensidad.

—Mi nombre en un gemido salido de tu boca se ha convertido en mi sonido favorito – dijo con una sonrisa pícara antes de presionar momentáneamente sus labios contra los míos – Te lo aseguro.

Sonreí y lo besé de nuevo, esta vez introduciendo mi lengua entre sus labios e intensificando el beso.

Se levantó con su sonrisa intacta. Su erección era muy visible a través de la tela e iba a decirle que viniera, que le tocaba a él. Me incorporé para hablar.

—Pero... - empecé, pero Aiden se acercó y me besó ferozmente.

Se alejó de manera repentina, dejándome confundida y mareada, y cuando lo miré solo alcancé a ver que me guiñaba un ojo antes de deslizarse al cuarto de baño y cerrar con pestillo.

El agua de la ducha se escuchó poco después y yo me dejé caer en la cama, cubriéndome levemente con la sábana de seda, y con la mayor sonrisa existente que jamás había tenido.

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¿Opiniones?

¿Alguna sugerencia de actorx para Aiden o Ashley?

Este capítulo se lo dedico a ZAIRA JIMÉNEZ (no me ha obligado esto es totalmente voluntario) alias mi parabatai

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Sirimiri entre cicatrices Donde viven las historias. Descúbrelo ahora