PREÁMBULO II

77 8 2
                                    

Pensé este día muchas veces, más de las que puedo recordar seguramente. Siempre se formaba un vacío en mi estómago, porque llegar aquí significaba un cambio gigante, y hoy puedo decir que ese vacío solo significa una cosa...

Miedo, a decir adiós.

No puedo decirles esto de frente, porque, se forma un nudo en mi garganta de solo pensarlo.

Hemos perdido, aprendido, logrado y cambiado tanto en este año, que mirar atrás ahora se me hace difícil porque no somos las mismas que se miraron con ilusión el 29 de julio e hicieron una promesa de estar siempre.

Es más complicado que eso, porque a veces se tiene toda la actitud, pero simplemente no funciona, y eso también está bien.

Este año aprendí que ustedes son más importantes para mí de lo que creía, pero también entendí, que quererlas en muchos puntos de la historia significo dejarme a mí en segundo plano.

Queríamos comernos el mundo, pero fuimos indiferentes a las cosas que eso implicaba.

Sé que el tiempo se acaba, cada una tomará su camino, y no seremos más que recuerdos que guardamos con amor y aprecio.

Porque así es la vida, es un instante, es un momento... Son lágrimas, son risas. Son pérdidas y ganancias.

Nos tuvimos y nos aferramos, pero no basto, porque es momento de soltarnos.

La vida es mejor de colores, y ustedes fueron los míos, no olviden que a pesar de todo lo que pasamos y de lo mucho que nos rompimos, siempre serán ustedes, siempre las tendré presentes y siempre las pensaré con una sonrisa.

Y el día de mañana cuando nos volvamos a ver, espero que estemos listas para sanar. Porque este no puede ser el final.

Esta era nuestra última oportunidad, pero quizá tengamos una nueva.

Las amo, con cada uno de mis pedazos rotos, las amo con todo lo que fui, lo que soy lo que seré.

Suerte, en lo que hoy empiezan.

Gracias, por tanto,

Jane Silverman.

Nuestra Última Oportunidad {Primera Parte}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora