CAPÍTULO ESPECIAL

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La fiesta de la luces

Narrado en tercera persona:

Lunes 7 de diciembre de 2020: Casa del Lago Silverman, Cuarto de invitados, Sunny Hill, Colorado, 12:55 am:

Los ojos oscuros de Violet se fijaron en el reloj... Faltaban 5 minutos, ella no llegaría a tiempo, pero eso no era lo que la estaba haciendo llorar, más allá del dolor físico que sentía, una voz le susurraba en su cabeza cantidades de cosas horribles, cosas que nadie merece pensar: "fue tu culpa" "perra drogadicta" "nadie allí abajo te está buscando" "nadie sabe que te fuiste" "a nadie le importas" "solo no digas lo que pasó" "no te violaron" "estabas drogada" "te pasa por zorra"

Vilu secó sus ojos con el dorso de su mano y empezó a moverse para levantarse, sus manos hacían fuerza sobre el colchón, mientras sus piernas se juntaban y enderezaban con delicadeza, lentamente... Todo muy lentamente. Ya sentada en el borde de la cama, sentía como su entrepierna ardía, miró de reojo la sangre en la colcha, le dolía el simple hecho de existir.

Trato como cuatro veces de que sus piernas obtuvieran la fuerza suficiente para soportar su peso y poder levantarse, pero era en vano, su cuerpo no servía, parecía en un limbo, no quería despertar, no quería aceptar que lo que había pasado era muy real, así que estaba quieto, inmóvil.

Sus pies tocaron el suelo una vez más, ella no dejaba de llorar, ya no podía controlarlo, primero puso su peso en la pierna derecha, y lentamente en la izquierda, y como pudo se empujó para adelante, y logró ponerse de pie, ahora mantenerse era el problema, sus piernas temblaban, parecían de gelatina, se vio obligada a poner una mano en la pared que tenía al lado, para poder estar de pie, y lentamente, muy lentamente llego al baño.

Sus manos tocaron el mármol frío del lavamanos a pesar de que el baño estaba a oscuras, la luz que se colaba del cuarto hacía que pudiese ver su reflejo a medias. Violet no separó sus ojos de él ni un segundo, incluso mientras su mano buscaba el interruptor de la luz y la prendía.

Cuando vio su reflejo un grito ahogado se quebró en su garganta, sus manos viajaron a su boca para cubrirse, todo su abdomen estaba lleno de rastros de sangre, sus senos tenían zonas moradas por los chupones que le habían dejado, sus costillas tenían rastros de golpes y fuerza. En su cuello se podían ver los dedos de "Ryan", sus ojos estaban rojos tras el efecto de la meta, y sus labios estaban secos y partidos.

Violet jamás olvidaría esa imagen... Esa imagen, donde ella misma se vio rota, y en su peor versión. Esa imagen la perseguiría por siempre.

Entró a la ducha y lavó su cuerpo rápidamente sin mojar su cabello, para que cuando bajara, nadie hiciera preguntas. A pesar de estar lavando todo su cuerpo, se seguía sintiendo sucia, la sensación no se quitaba con solo agua y jabón.

No quiso durar mucho en la ducha, no podía tocar mucho su piel, sentía repulsión por sí misma, y esa repulsión creció cuando sus ojos encontraron su brazo izquierdo donde la habían inyectado, y sobre todo sintió repulsión por sí misma cuando pensó, que a pesar de lo que acababa de suceder, necesitaba estar drogada de nuevo. Como si esa fuera la única solución a toda la mierda que tenía encima.

Salió del baño envuelta en una toalla, y se puso su ropa, veía por la ventana el cielo, y las ganas de llorar habían vuelto...Todos sus amigos estaban viendo las estrellas, mientras ella tenía que tratar de ponerse de pie después de ser violada. La vida era una perra injusta, y Violet tenía que aprender a hacer justicia por su cuenta si quería sanar.

Lunes 7 de diciembre de 2020: Casa del Lago Silverman, cocina de la casa, Sunny Hill, Colorado, 1:07 am:

Isobel había terminado ese día con el que se supone que era el amor de su vida... O eso era lo que ella creía, pero ¿amor de su vida? a los 18 años, eso a cualquiera le sonaba una ridiculez...

Nuestra Última Oportunidad {Primera Parte}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora