Jane Silverman

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Él la estaba besando, o ella a él... No importaba, había pasado, y verlo se sintió como haber despertado de un sueño muy profundo.

Nate y yo habíamos acordado estar en una relación abierta, pero durante todos estos 4 meses, ni él ni yo tuvimos la necesidad de buscar a alguien más, porque quizá, no necesitábamos un título para entender que estábamos juntos... Pero verlo con ella, fue un golpe de realidad.

¿Qué esperaba? Era Nathaniel Morgan, el típico mujeriego que hay en todas las fiestas, que se besa con la quiere, enamora a todas, y luego las deja. Yo me propuse no ser una más de su lista, y creía que lo había logrado. Hasta ese día.

No solo verlo me dolía, ese día entendí que si ese dolor era real, que me había llevado a un ataque de ansiedad era porque, lo quería... No te puede doler algo que no quieres.

Yo quería a Nathaniel Morgan Jones, más de lo que admitía.

¿Lo admitiría en voz alta? no, y menos después de eso, porque otra vez confirmaban que el amor, era una debilidad. Yo me había vuelto débil por él.

Mis manos temblaban mientras lo miraba a los ojos, y él trataba de explicar, pero los gritos entre Claire y Dominick impedían que él y yo cruzáramos palabras... Quizás no eran necesarias. Quizás, nos entendíamos así, con solo mirarnos.

Sus ojos verdes... ¿Algunas vez he mencionado cuánto me gustan sus ojos verdes? esto no podía ser real, Nate no podía ser capaz de besar a otra, él me quería... Yo lo merecía:

- Jane. - dijo él acercándose a mí, hablando por debajo de los gritos entre Claire y Dominick

- Nate.

- Yo no lo hice- lo seguía observando, solo necesitaba verlo, el mundo había dejado de funcionar, solo estábamos él y yo allí.

- Te creo.

- ¿Qué?

- Te creo-susurré, y él parpadeo aun confuso, los gritos de esos dos habían parado, vi por el rabillo del ojo que nos estaban viendo, y tras ellos estaba Sophie totalmente confundida.

- ¡¿Cómo qué le crees acaso no nos viste?!- espetó Claire furiosa.

- Si, pero sé de lo que tú eres capaz.

- ¿Y él acaso no es capaz de lo mismo? - dijo Dominick con odio

- No. Él no...- Nate agarró mi mano y entrelazó sus dedos con los míos. Cuando Claire estaba por hablar, Blake grito desde el jardín...

- ¡Quedan cinco minutos! - y todos empezaron a celebrar, no necesitamos otra cosa, para que Nate y yo empezáramos a caminar ignorando a esos tres.

Salimos al jardín y todos estaban con sus celulares apuntando al cielo, mis ojos chocaron con los grises de Isobel, y ella se acercó a nosotros, sus mejillas estaban enrojecidas, sin duda había estado llorando:

- ¿Iz que pasa? - preguntó Nathaniel preocupado

- Yo...- su voz se cortó- Terminé con Luke- vi como sus ojos se cristalizaron de nuevo, así que solté a Nate y la abrace, cuando ella descansó su cabeza en mi hombro, sentí el calor de los brazos de Nate sobre nosotras

- Lo siento- dijo Nate

- Esta... Está bien- nos separamos y ella se limpió las lágrimas con el dorso de su mano- ¿Que ocurría adentro? - preguntó ella

- Claire y sus niñerías- dijo Nate

- ¿De nuevo?

- Si- afirmé- Lo besó

- ¡¿QUÉ?!- grito Isobel haciendo que varios ojos se posaran sobre nosotros

- Shhh- le dijimos ambos al tiempo

- Perdón- susurro ella

- Me llevó al baño y me besó allí- dijo Nate

- Y yo de casualidad, iba con Sophie para allá y cuando abrí la puerta los vi- Isobel puso cara de confusión

- ¿Casualidad? - yo asentí, Iz estaba por decir algo pero todos empezaron a contar, faltaban 10 segundos

Y en esos 10 segundos, recordé estos meses de historia...

Diez...Aquella promesa que lo cambió todo,

Nueve... Sus ojos verdes que me enloquecen,

Ocho... Mis nuevas amistades,

Siete... Mis viejas amistades,

Seis... La apuesta con Nathaniel,

Cinco... El juego que estábamos destinados a perder,

Cuatro... Aquellas lecciones,

Tres... Todo lo que perdimos,

Dos... Todo lo que encontramos,

Uno... Nuestra última oportunidad.

Y entonces todos nos quedamos en silencio, y por un segundo el cielo estuvo completamente oscuro... Hasta que una luz pasó rápidamente sobre nuestras cabezas, haciendo que todos gritamos, seguida a ella, vino otra, y otra y otra, hasta que el cielo era un ráfaga de luces.

Los minutos pasaron todos estaban observando ese cielo iluminado, aquella noche en la fiesta de las luces, no pude evitar bajar la mirada a mi mano, que seguía unida a la de Nate quien veía el cielo, como un niño pequeño veía sus regalos en la mañana de navidad... Y luego mire a Isobel, estaba llorando, quebrada llorando, ella se dio cuenta que la observaba y nuestros ojos chocaron, ella me sonrió pero yo solo la observé, ella me susurró que iría a la cocina por agua, y desapareció.

La caída de las estrellas solo duraba 10 minutos, en cuanto terminó, todos aplaudieron, saltaron y gritaron, Nate soltó mi mano, y pasó su brazo por mi espalda, para estampar sus labios sobre los míos y besarme con desesperación.

Y ese hubiese sido un muy buen final para esta historia... Pero, Isobel, hizo que todas las miradas se posaran sobre ella cuando, se paró en la puerta y gritó:

- ¡SOPHIE LO SABÍA TODO! - todos compartimos miradas perdidas, los gritos habían cesado, todas las malditas personas en mi casa estaban viendo a mi amiga con intriga y confusión- ¡TODO ERA UN MALDITO PLAN! - dijo Isobel, mi mirada viajó a Sophie quien la veía con terror, su rostro estaba pálido. Y luego Isobel alzó el celular de Sophie en su mano- ¡ELLA LOS QUIERE SEPARAR! – dijo viéndonos a mí y a Nate, y con esas palabras todo mi mundo se rompió.

Nuestra Última Oportunidad {Primera Parte}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora