Nuestra Última Oportunidad {Primera Parte}

Lola Rojas

Sarah estaba temblando, no la había visto así en mucho tiempo... De hecho, desde esa fiesta. Todo había salido mal ese día.

Recuerdo estar con Jane bailando una de nuestras canciones favoritas y cantando a todo pulmón, cuando los gritos de Chris inundaron el lugar, obligando al Dj parar la música, estaba furioso, tiró una botella de champán, que por suerte estaba casi vacía mientras se acercaba a Jack rojo de la furia, en ese momento Nate y Luke se pusieron frente a él y trataron calmarlo, pero Jack no ayudaba con la situación, estaban totalmente ebrios.

Los gritos eran tan fuertes que no se lograba divisar el ruido. Sarah se paró frente a ellos obligándolos a alejarse para no terminar haciéndole daño físico, porque emocional, la destrozaron... Y sería peor.

Nunca nadie se enteró porque peleaban, más que su grupo de amigos. Isobel había intentado preguntarle a Nathaniel muchas veces, pero este se ponía tenso, la fulminaba con sus ojos verdes y decía "no te incumbe, no te importa".

Lo que sea que haya sucedido, sin duda había sido muy grave, para terminar su amistad de años y además obligar a Jack a irse del pueblo. Sarah ese día había terminado temblando y blanca como un papel por el alboroto y sobre todo al ver marcharse a Jack sin decir adiós.

Todo había terminado mal, y lo que más me molestaba era que ellos dos hubiesen arrastrado a Sarah a todo eso, al fin y al cabo, Jack era su mejor amigo y Chris la persona que le gustaba, y que se pelearan por poco a golpes en la fiesta de su cumpleaños 17, no fue un recuerdo agradable, sin duda.

Isobel le dio un poco de agua y la ayudamos a tranquilizarla, cuando por fin se calmó decidimos irnos antes de volver a toparnos con Jack.

Luego de ese pequeño encuentro catastrófico decidimos ir a la cafetería del pueblo a almorzar comida rápida para luego ir a casa de Jane a recoger cada una sus cosas.

Al entrar a la cafetería nos encontramos con Mia y Jules quienes estaban bastante ocupadas sirvieron mil cafés al tiempo, Mía había decidido ayudar a Jules porque Gabriel, el otro mesero, se había enfermado y Jules no podría con el lugar sola.

Apenas entramos, y ellas nos vieron se nos acercaron con una sonrisa y nos saludaron. Me había hecho cercana a ellas tras trabajar en este verano aquí, nos atendieron rápido y sin darnos cuenta ya estábamos camino a casa de Jane.

El sol seguía alumbrando con intensidad recordándonos que aún era verano y que era el último día del mes de julio, y el último viernes de vacaciones y que lo que seguiría bueno... Sería una aventura:

- Feliz cumpleaños Potter- dijo Violet cuando Isobel le recordó que hoy era 31 de julio, estábamos perdidas en el calendario... Pero, eso les sucede a todos en vacaciones ¿o no?, todos los días son iguales y mejores porque no hay tareas ni ninguna obligación. En fin, las vacaciones son la mejor época del año... Lastimosamente pronto llegarían a su fin.

- ¿A qué hora te recogen? - me preguntó Sophie mientras se acercaba a mi pasaba su brazo por mi hombro

- A las 3pm- respondí nerviosa

- 30 minutos para tu cita con Emil- dijo Soph emocionada, al decir esa frase todas continuaron gritando como maníacas por las calles del pueblo, llamando la atención de varias personas. Sin embargo, la euforia del momento duró poco, los gritos cesaron y nuestros pasos se detuvieron a la mitad de la calle, cuando divisamos el parque principal del pueblo a un grupo de personas... Pero no a cualquier grupo de personas...

Jack estaba con sus viejos amigos y se estaban riendo como si el tiempo no hubiese pasado, de hecho, entre esos estaba Chris y era el que más alegre parecía estar, sin contar que Danielle estaba sentada en su regazo, lo siguiente impactante fue ver entre ellos a Emil, que por cierto usaba lentes, como yo, lo que lo hacía ver de alguna manera guapo y tierno, Valery también estaba con ellos, estaba hablando con Andrew mientras él tomaba un poco de agua supongo que por la resaca y ella se reía mientras la leve brisa del verano le movía su corto pelo negro haciendo que cayera en sus hombros como seda.